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Así, a primer golpe de oído, la palabra “cortijo” despierta la estampa de un campo colmado de sol y aroma de olivos, donde ladran los ... perros para anunciar el regreso de las yeguas, a las cuadras de la gran casa blanca. Así, a primer golpe de oído, la palabra “cortijo” se dilata en el paisaje y labra la tierra, mientras, entre las cañahejas, una voz por soleares se solapa a los silencios del aire. Así, a primer golpe de oído, la palabra “cortijo” reúne en la fresca a hombres, mujeres y niños; unas pocas sillas de enea para sestear la fatiga y la calor, antes de aparejar los caballos para encaminar las reses hacia los correderos del atardecer, antes de que la noche del sur lo oscurezca todo y canten machaconamente los grillos. Fin del idilio. Punto y aparte.

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lagacetadesalamanca Asalto al cortijo