Articulo 138 de la Constitución de 1978
Lunes, 3 de mayo 2021, 05:00
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Lunes, 3 de mayo 2021, 05:00
Normalmente, por convicción propia, intento que mis líneas aquí se alejen de los temas más candentes del momento. Creo que hay cuestiones que, tratándolas de manera constante, prácticamente monotemática, no generan más que ruido, confusión y hastío. Intento no sobrecargarme y no sobrecargar al lector ... con esos tópicos que, entre los políticos y los medios de comunicación de masas, se encargan de que figuren en la agenda política y que acaban por arrasar al resto de los temas que también son parte de esta cosmovisión figurativa llena de aristas a la que llamamos sociedad.
En definitiva, en otras circunstancias, no diría nada sobre las inmediatas elecciones en la Comunidad de Madrid. Pensando en que, y aunque indirectamente me pueda afectar, los y las diputadas de la Asamblea de Madrid que resulten elegidas no serán mis representantes. Además, no tendría mucho más que añadir a todo lo que numerosos profesionales de diferentes sectores aportan, con mejor criterio que el mío. Tampoco me gustaría rebajarme al nivel de todólogos que a las cinco tienen cátedra en ciencia política y a las cinco y cuarto un máster en psicología general sanitaria. O contar que los opinólogos confunden constantemente demagogia por populismo. Que la democracia liberal representativa en la que vivimos se define mejor con el concepto de poliarquía. Que los medios de comunicación son cómplices y culpables de aupar opiniones antidemocráticas que construyen personajes a pie de calle que se creen subversivos, pero que se oponen a una presunta hegemonía “progre” que es inexistente. O a exponer una crítica elaborada de la teoría del establecimiento de la agenda... Probablemente, con eso, no leería esto ni el redactor. Así que se lo dejo a la gente de la academia, que bastante tienen con lo que tienen. También podría escribir un necesario alegato antifascista. No solo para Madrid, sino para todo el Reino. Pero únicamente contribuiría a enfangar una opinión pública que según los grandes medios está cada vez más tensa.
Sin embargo, no puedo resistir la oportunidad de glosar los comentarios de la que a muchos os gustaría que fuese la presidenta de España. Pero que, por suerte, no lo es. Y sí, estoy entrando como un miura a las evidentes verónicas que constantemente se lanzan para, obviamente, provocar. “Soy libre porque vivo en Madrid” como mantra que ha ido repitiendo durante toda la campaña electoral. No voy a entrar en concepciones filosóficas sobre la libertad (sí, son siglos y siglos de personas con grandes dotes dilucidando sobre el asunto) para que si hay algún lector votante del partido político de los señores con apellidos compuestos no se pierda. ¿Qué es exactamente lo que te hace libre al vivir en Madrid? ¿Emplear una, dos o tres horas diarias en el trayecto del trabajo a tu casa? ¿Respirar a cada segunda una cantidad ingente de dióxido de carbono? ¿Tener que hacer la compra los sábados por la mañana porque el ritmo frenético del día a día no te deja tiempo para hacer lo que hacemos los adultos funcionales? ¿O tener que emplear el 90% de tu salario en alquiler?
Quizá la libertad de Madrid para esta candidata sea ser el sitio de recepción de los migrantes de toda la Meseta Central. Aunque a lo mejor es que los jóvenes castellanos y leoneses se van allí por la libertad de no poder encontrarte con tu ex y nada tiene que ver el modelo supercentralista, el cual, por cierto, va en contra de nuestra Carta Magna (el artículo 138.1 de la Constitución recoge un principio de solidaridad entre territorios “velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo”). Por eso algunos iluminados, incluido nuestro vicepresidente, afirman que las provincias de la región leonesa perdemos más población por estar más lejos de Madrid. Zapatero a tus zapatos, que dicen. No me imagino a Feijóo diciendo lo mismo de A Coruña. Es grave ese desequilibrio territorial entre Madrid y nuestra autonomía. Es grave que nos parezca una dependencia sana. Es grave que los que empezamos ahora a construir nuestra vida, tengamos que ser emigrantes en nuestro propio país. Y nos debería preocupar más esto que todos aquellos menores de otros países que presuntamente vienen a cobrar millonadas a España. Que no nos engañen.
Nota al pie: no podría acabar sin mencionar que en la Comunidad de Madrid también hay pueblos, aunque como no son votos necesarios, a ninguna formación política parece importarles. Las elecciones son autonómicas y sí, incluyen a las zonas rurales de la Comunidad Autónoma. Un saludo desde La Raya.
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