Secciones
Destacamos
Un pregón de Semana Santa siempre es algo personal. En realidad, cualquier pregón. Esta semana Carlos García Carbayo dio su pregón en el Liceo. No ... estuve, pero lo leí y enseguida supe que ahí hablaba de más asuntos que los pasos, las imágenes y los nazarenos; que había un espacio sentimental detrás de su relato y por eso emocionaba. La Semana Santa siempre es algo personal. Uno presencia una procesión y enseguida afloran de su memoria recuerdos, desde las torrijas maternas o el cirio del desfilante de vela, a la visión de la túnica colgada y dispuesta, atemorizando como si fuese un espectro preparado para asustarte. Ya está en marcha el concurso de torrijas, que se convocó esta semana; si uno come torrijas sin que afloren recuerdos personales me preocuparía. Procesiones y torrijas son parte de la crónica sentimental.
Hablé de ellas en el Colegio de Médicos donde defendí las virtudes del vino animado por Celestina, pero me corté con el hornazo: demasiado, pensé, para este altar de la salud. Tenía delante al presidente del Colegio, Santiago Santa Cruz, y a Manuel Gómez Benito, Fernando Malmierca, Pablo de Unamuno, Julio de Manueles, Fermín Sánchez-Guijo... como parte de un público admirado –especialmente admirado—de mis explicaciones sobre la gastronomía del Lunes de Aguas, que está en la Literatura. Detrás de esa fiesta y su gastronomía también hay algo personal, como lo hay en la trastienda del asunto Ana Obregón. De lo que se conoce y especula. Hoy comemos hornazo cualquier día del año y casi en cualquier momento del día, pero entonces el hornazo estaba vinculado a la Resurrección, que es lo que distingue la Pasión de otro martirio más de la Historia, me decía Daniel Sánchez, viejo profesor y teresiano. Y la resurrección de cualquier persona o dios hay que celebrarla a lo grande: con el hornazo, que es gloria divina como nos ha dejado escrito Luciano González Egido, autor del mejor elogio escrito del hornazo. Es curioso que los mejores elogios del hornazo y el vino se hayan escrito en Salamanca. Se busca el mejor elogio del jamón. Entre los que pueden escribirlo está Ricardo López Serrano, autor del libro “Donde se cruzan los tiempos”, que lo dejó pespunteado cuando dice que Salamanca es una tierra pobre pero honrada, pero desde esa pobreza ha alcanzado innegables cimas gastronómicas, y nos habla de las patatas meneás, del farinato, la chanfaina y del jamón. El jamón de Guijuelo, villa que esta semana ha estrenado libro de Patricia Parra Marcos, que nos pasea por unas calles con una arquitectura diseñada por las labores chacineras, que fue parte de su trabajo de final de grado. Si la industria chacinera modeló el urbanismo y la arquitectura de Guijuelo, algo parecido hizo el Estudio con Salamanca alzando colegios, monasterios, conventos o escuelas al calor de la Universidad. Un Estudio que exportamos y daba lo mejor del mundo, y aquí está el rechazo a esa leyenda negra española en América, que tumbará sin esfuerzo mi admirada Ana Carabias, la inspectora Carabias, esta semana en el Casino de Salamanca, por el que aún anda, seguro, el bueno de Alberto Estella. Un año ya. Pero, repito, se busca el mejor elogio del jamón, cuyo aroma envuelve a las calles de Guijuelo, que ya vemos con otros ojos, admirada Patricia.
Algo personal. Agustín Sánchez de Vega, presidente del Consejo Consultivo de la Comunidad, fue un compañero de clase, mi profesor de Derecho Constitucional y es un excelente amigo. Su abuelo Agustín García Talavera fue médico de Macotera y da su nombre desde esta semana al centro de salud. Con su talento y pocos recursos salvó muchas vidas, especialmente de niños, en tiempos muy complicados. Su casa se convirtió en 1933 en centro primario de Higiene Rural donde atendía a enfermos y formaba a sanitarios. Fue un pionero que los macoteranos no olvidan. Para ellos es algo personal. Y para mi amigo Agustín, también. Tras la conferencia del Colegio de Médicos, confirmé hablando con algunos que para muchos también el ejercicio de la Medicina es algo personal. Y la inolvidable pandemia de Covid lo dejó claro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Santiago Juanes. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.