Alarma

Un poco molesto, también, así que pediré a Encarnación Pérez, subdelegada del Gobierno en Salamanca, que me ponga en la lista para no perderme futuras alertas y estados de alarma. Encarnación es socióloga como Soledad Murillo, que compite en las primarias socialistas contra José Luis Mateos, prometiendo un diciembre intenso en un mes ya de por sí emocionante.

También en el Partido Popular unas primarias han sido noticia, pero por otros motivos. Toda esta actualidad política me hacía recordar a las imágenes iniciales de la serie “The Good Fight” cuya nueva temporada ya está en pantalla y con referencias muy actuales a la realidad norteamericana, al contrario que “The Crown”, que tras la muerte de Isabel II y el atracón que nos han dado de su vida, los nuevos episodios parecen material añejo o rancio.

Supongo que la cercanía de las elecciones incrementará las alertas y nos hará estar más pendientes de ellas, como supongo que tras esas alarmas habrá algo de inteligencia artificial, a cuya sede estatal aspiramos.

Parece que cumplimos los requisitos, pero como se trata de una designación arbitraria no podemos hacernos ilusiones. Tendremos que estar otra vez muy pendientes de los móviles.

Algún día estas elecciones dependerán de la inteligencia artificial, e incluso el sorteo de la Lotería de Navidad, como supongo que la inteligencia artificial podría resolver el abuso en la reserva de plazas ferroviarias.

Entre alertas y política los estudiantes de Ciencias salieron disfrazados a las calles a celebrar su fiesta, y de nuevo los turistas se preguntaban qué fechas son estas de celebrar los carnavales.

Podríamos solicitar que las fiestas universitarias salmantinas sean declaradas de interés turístico regional, nacional o internacional, igual que se ha declarado a Candelario Capital Española de las Montañas el año que viene, lo que me parece muy justo y digno de celebración, como esa propuesta de medalla de oro de la Ciudad a Donantes de Sangre y al Casino de Salamanca, que espero reciban sus presidentes, Fernando Barbero y Pedro Méndez, respectivamente.

Dos entidades que hacen mucho por nosotros: tener sangre para quien la necesite, y facilitar compañía y cultura al vecindario, respectivamente.

De la necesidad de sangre y la oferta de compañía y cultura se nos debería avisar con una alarma en el móvil.

Cuando en 2017 Donantes de Sangre de Salamanca cumplió cincuenta años hubo lamentos por no tener la Medalla de Oro de la Ciudad, como el resto de las hermandades de la Comunidad, así que se salda esta deuda.

Y también el Casino de Salamanca, con más de doscientos años de historia merecía un reconocimiento así. Siempre maravilló a Carmen Martín Gaite el Casino de Salamanca, donde conferenció; ahora Lorenzo Caprile acaba de declarar su amor literario por nuestra escritora. Pronto veremos al diseñador por Salamanca hablando de moda.

Entre los socios de honor del Casino se encuentra José Ignacio Sánchez Galán, que ha renovado como presidente del Consejo Social de la Universidad de Salamanca horas después de que Arias Cañete –muy recordado por los jamoneros salmantinos, que encendieron todas las alarmas– impartiera doctrina en Salamanca sobre energías renovables.

Recuerdo que cuando fue elegido comisario de Acción por el Clima y Energía se le reprochó mucho por los ambientalistas de entonces lo poco que se había ocupado del cambio climático y la energía renovable siendo ministro de Medio Ambiente; lo suyo era, más bien, el jamón ibérico. Ay, quién recuerda al Cañete de entonces.