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Da igual que lo que sonara fueran la gaita y las palmas de “Charros y gitanos”, la copla popular en la garganta inquebrantable de “El ... Niño de Boadilla”, o las beneméritas voces del “Coro San Esteban” en el Hogar de Jubilados. Lo que nos importa es que en La Fuente de San Esteban, como en cualquier otro municipio salmantino, el tiempo de verano ha sonado a música y alegría, y hemos podido alejar de nuestros oídos a esos malditos runrunes del fatídico otoño que se presume y que, irremediablemente, ya viene.

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lagacetadesalamanca Agosto hace las maletas