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OÍ en la radio hace poco que, si no tienes ningún amigo confinado o que ha tenido COVID recientemente, es que tienes muy pocos amigos. ... Y es verdad. Los contagios se han disparado y a más de uno le ha tocado improvisar los planes navideños porque el virus de las narices se ha pasado a saludar por su casa, o la de sus amigos o familiares.
Y con todo esto, una de las pocas medidas que “Su Sanchidad” decide poner para no entorpecer su campaña electoral (Sánchez no gobierna, se vende a propios y ajenos para que le prolonguemos el contrato) es volver a ponernos las mascarillas en los exteriores. Y podría empezar a calentarme pensando en lo poco eficaz de la medida, lo irresponsable de dejar a las Comunidades Autónomas crear diecisiete formas de afrontar esta crisis en un solo país, y demás cosas, pero no, hoy no, que es el último día del año, y hoy es un día para estar alegres. Por eso he decidido ponerme optimista y contaros las múltiples ventajas que tiene el uso de “el bozal” en los exteriores.
Os propongo un experimento. Tomad de comer algo que tenga bien de ajo y claro, terminas de comer, te pones la mascarilla y... ¡lo pasas mal con tu propio aliento! Pues una de las ventajas de volver a usar la mascarilla es que aquellos a los que hemos tenido que soportar su pestilencia bucal, se lo guarden para ellos solitos. Que sufran lo que nosotros hemos tenido que padecer por su culpa. No descarto que, por supuesto gracias a Pedro Sánchez (ironía) determinados españoles se empiecen a tomar la salud bucal en serio y se disparen las ventas en cepillos de dientes, enjuagues bucales y cepillos.
Con eso ya sería suficiente, pero hay más. ¿Y la pereza que da tener que ir saludando hoy a algunos pesado que normalmente te ignoran, pero hoy te quieren contar su vida por aquello de que es Nochevieja? ¡Con la mascarilla te lo ahorras! Porque o bien puede que no te reconozcan si pasas rápido, o bien puedes fingir que no los has reconocido tú a ellos. ¿No os parece maravilloso? Pedro Sánchez se preocupa por la salud mental de los españoles y toma medidas para aliviar estos momentos de estrés. Gracias Pedro.
Iba a decir que además son muy abrigaditas. Son bufandas low cost, pero es que las condiciones meteorológicas (que seguro son fachas) no se han puesto de lado de nuestro amado líder y han sido tan descaradas de desplegar estos días sol y unos 15 grados.
En fin, ahora en serio, hoy que cerramos el 2021, lo que te deseo para el año que viene es que nunca más tengamos que volver a ponernos mascarillas, porque, sin duda, va a ser el mejor síntoma de que esto ya ha terminado.
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