1.700 millones

Y salvo el “cacharro” que se tomó para la foto populista y patética, en la que Sánchez se rodeaba de cuatro tristes de su partido -por cierto, eché de menos al palmero oficial, Fernando Pablos-, poco o nada ocurrió con la España del bable y las mil banderitas, de la que además Cataluña no forma parte por obra y gracia de estos demócratas de mierda. Conferencia de Presidentes, cuánta petulancia cateta.

En Salamanca, el Gobierno de Españistán no tuvo una reunión bilateral con el Estado Charro, pues entiendo que no deberíamos ser menos que los nazis catalanes o los atracadores vascos, con la diferencia de que nosotros ni somos nazis, ni racistas, ni ladrones, ni corruptos, ni desagradables genéticos como ellos. Pero sí pagamos impuestos como ellos... y para ellos, para que se lo gasten en cocaína y prostitutas, como los socialistas andaluces, o para que nos lo roben a manos llenas como los Pujol. Es lo que hay.

Nada, Sánchez se fue a Calvarrasa y de allí a echarse en brazos de nuevo de los naZionalistas y regalarles, entre otras mordidas, 1.700 millones de euros para el aeropuerto de Barcelona, inversión que creará -dicen- más de 80.000 puestos de trabajo, que es casi la población de Salamanca. Imagínense lo que podríamos hacer con esa lluvia de millones, como ayer muy bien reflexionaba en LA GACETA el alcalde García Carbayo a propósito de nuestro vergonzoso déficit de comunicaciones ferroviarias con Madrid. A semejantes desigualdades territoriales yo las llamo algo propio de canallas, lo normal si nos movemos entre nazis, terroristas, comunistas y populistas.