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Muchos, muchísimos, tenemos claro que de mañana en una semana nuestra obligación ciudadana será echar al infame de Pedro Sánchez con un jarro bien frío de democracia y decencia; echar al «sanchismo» como ejercicio mayúsculo de higiene social, estando ahora mismo tan comprometidos como están el orden institucional, la integridad del Estado, la independencia judicial y el bienestar de los españoles, pues a pesar de que la leyenda urbana diga que todos los restaurantes están llenos y que vivimos a todo trapo, lo cierto es que la economía patria está al borde del colapso, con una mano de obra exigua y un caos estructural supersónico. La izquierda, con la anuencia del PP, que nunca se atrevió a poner freno a tanto desmán ideológico y parasitario, ha descapitalizado la fuerza laboral de nuestro país tras décadas de dictadura de la subvención. De hecho, no canten victoria con Feijóo, pues lo que realmente necesitaría ahora mismo España sería la versión siglo XXI de Margaret Thatcher, que la tenemos: «Marianne» Ayuso. En el lado opuesto, Yolanda Díaz en su papel de Jessica Rabbit organizando su ejército de efebos silentes a 20.000 euros por cabeza. Delacroix, s'il vous plait, ven y guíanos, haznos partícipes del gusto por la libertad que tan bien expresaste.
Y si para tan alta misión como es expulsar al «sanchismo», tenemos claro que Feijóo es nuestro hombre, los salmantinos no podemos darle al PP otro cheque en blanco. Todos nos han arruinado tanto, nos han ignorado tanto y nos han despoblado tanto, que ya hemos olvidado que somos parte de este país, de ahí que nos hayamos encerrado en la Plaza Mayor para hablar de Unamuno y de lo rico que está el jamón. Y venga a dar vueltas.
Escuché el otro día al diputado Bermúdez de Castro (sí, sí, por increíble que parezca lo escuché) decir que a Salamanca siempre le ha ido bien con los gobiernos del PP y, como iba conduciendo, casi me salgo de la carretera. Sí, José Antonio, mejor sigue callado, pues a Salamanca, excepto con los romanos, le ha ido mal con todos, de Franco a Sánchez. Lo triste es que los salmantinos sólo servimos para votar al PP a cambio de nada, pues nada recibimos, tampoco del PP. Pero insisten, como la diputada Moro en LA GACETA el pasado jueves: «Hemos peleado una y otra vez por las infraestructuras de Salamanca». ¿Peleado, infraestructuras? María Jesús, sabes que te aprecio, pero esa frase no hay por dónde cogerla, no la merecemos, es un insulto a la inteligencia.
Votemos a Feijóo, sí, por profilaxis social. Pero también por Salamanca. No nos pueden dejar morir así. SOS.
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