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Martes, 2 de agosto 2022, 19:40
Desde hace unas semanas, en los medios de comunicación han ido apareciendo con cada vez más asiduidad noticias relacionadas con ‘pinchazos’ por sumisión química ocurridos en discotecas, festivales y zonas de fiesta repartidos por toda la geografía española.
Un asunto que por su desconocimiento general provoca mucho revuelo y resulta muy llamativo por la peligrosidad que esta práctica conlleva para la chica que pueda sufrirlo. Los ‘pinchazos’ son una acción que se empezó a dar en Francia el pasado año 2021 y sustituyen al procedimiento más extendido de echar a la bebida de la víctima determinadas sustancias para drogarla.
Las damnificadas por este nuevo método están siendo mujeres que salen de fiesta y se ven afectadas por las malas intenciones de algunos individuos. Estos, a través de una jeringuilla, inyectan directamente la sustancia a sus objetivos haciendo que pierdan la conciencia. Todo con la intención de agredir sexualmente posteriormente a la mujer en cuestión o robarle sus pertenencias.
Algunas de las perjudicadas por los ‘pinchazos’ cuentan que sienten un fuerte pinchazo en el muslo o el brazo generalmente y que poco tiempo después notan como esa parte del cuerpo se va durmiendo poco a poco, mientras se siente mareo y un mal estar general. Los infractores esperan 15 minutos tras cometer esta acción para aprovecharse de sus víctimas.
Las sustancias inyectadas pueden ser varias, la más utilizada es el Rohypnol, más conocido como flunitrazepan y la burundanga, no obstante, también se usan otras como el éxtasis líquido, el GHB (gamma hidroxibutirico) y ketamina. Los efectos son variados y pueden ir de la pérdida de memoria, la somnolencia, taquicardias, visión doble, o confusión a que baje la presión arterial. Además, por si fuera poco, a través de las agujas pueden transmitirse otras enfermedades como la hepatitis B o C, incluso el VIH o SIDA.
Si, por desgracia, eres afectada por esta práctica, has de seguir una serie de recomendaciones: hacer caso a las sensaciones de uno mismo -es decir, estar atento a cómo reacciona el cuerpo-, evitar ir a casa directamente -hay que dirigirse a un centro sanitario “lo más rápido posible” para realizar las pruebas y los análisis toxicológicos correspondientes-, estar siempre en compañía -no dejar sola a la víctima, hay que pedir apoyo a amistades o a los técnicos de los puntos lila o espacios habilitados-, en caso de emergencia sanitaria o policial, llamar siempre al 112 y, posteriormente, tramitar la correspondiente denuncia-, avisar a los responsables del local o de un punto lila al detectar una conducta sospechosa o si alguien no se encuentra bien-, llamar al teléfono de atención a las violencias machistas y LGTB-fóbicas (900 900 120), disponible las 24 horas del día.
A pesar de que las denuncias se están multiplicando en las últimas fechas, muchas dudas se han despertado en algunas autoridades expertas en la materia. El laboratorio Energy Control, uno de los laboratorios más reputados de España en materia de drogas, en declaraciones a El Confidencial de su jefa de análisis, Mireia Ventura, advierte que “Los que más miedo meten son los medios de comunicación” y declaran que “No negamos que existan las agresiones con algo punzante, pero esta historia de que están inoculando drogas con una jeringuilla en las discotecas nos suena fantasioso, hay varias piezas que no encajan”.
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