Joaquín Leguina: “Creo que los resultados de Madrid anuncian un cambio para el resto del país”

Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, escritor y colaborador de LA GACETA en las páginas de Opinión, acaba de publicar el libro “Pedro Sánchez, historia de una ambición” (Espasa). Y el PSOE le ha abierto esta semana un expediente de expulsión por estar junto a Isabel Díaz Ayuso en un acto que se ha vinculado a la campaña electoral de la lideresa del PP.

–¿Cuál es el balance político de la gestión de Sánchez como presidente del Gobierno?

–El balance político se lo han dado el 4 de mayo los madrileños. Hay cosas que para el votante socialista normal son infumables: su alianza permanente con los separatistas, el haberse aliado con Podemos y su gente... Pablo Iglesias es un bocas y ha sido tóxico: no ha hecho nada en el Gobierno y se ha dedicado a meterse con las instituciones, a atacar la Constitución, a meterse con el Rey. Y el otro [Pedro Sánchez] callado. Y ahora la culpa de la derrota en Madrid, que ha sido espectacular, la tenemos Nicolás Redondo Terreros y yo.

–Les han abierto un expediente de expulsión del PSOE a ambos.

–Estoy dispuesto a llevarle a los tribunales. A Pedro Sánchez y a la organización, que es suya: es propiedad de él. Él se ha quedado con el partido en propiedad.

–Isabel Díaz Ayuso fue a la Fundación Alma Tecnológica previa invitación.

–Es una fundación que preside Nicolás Redondo y yo formo parte de la directiva. Se creó por impulso de la familia Delgado Suárez. Es una fundación pensada y creada por el que fue jefe de Gabinete de Adolfo Suárez durante muchos años. Él murió y el legado lo ha cogido su hijo, que es sobrino de Adolfo Suárez. Decidieron y decidimos invitar a esta señora [Isabel Díaz Ayuso] y a Ángel Gabilondo. Esta señora vino y Gabilondo, no.

–¿En qué quedará el expediente de expulsión?

–No lo sé. Tampoco me preocupa: en la práctica estoy fuera del partido. Pero si me echa ahora, ya volveré cuando él se vaya.

–El resultado electoral de Madrid ¿es una moción de censura contra Pedro Sánchez?

–Creo que han hecho una campaña horrible, de la mano de Pablo Iglesias, con lo de combatir el fascismo. Yo estoy todos los días en la calle, tomándome una cerveza, y no veo a ningún fascista. La campaña ha sido fatal. Y no solo la campaña: arrastran todos los acuerdos con los separatistas, el llevar a los presos de ETA hacia el País Vasco con la intención de que luego el PNV los ponga en la calle, anuncian indultos contra los nacionalistas catalanes que han sido condenados por sedición y malversación de fondos... La gente mira con verdaderos malos ojos estas cosas que ha hecho Pedro Sánchez. Por no hablar de la Ley Celaá, que permite expulsar el castellano de la enseñanza en Cataluña. Son cosas que están en contra de artículos concretos de la Constitución.

–¿Cómo ve la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid? ¿Se refuerza la derecha “trumpista” según la definición de Pablo Iglesias?

–Es una derecha liberal, una derecha europea. No se trata de ningún extremismo. No me da ningún miedo, vamos. Hay políticas de la derecha que no me gustan nada, pero que no me gusten no quiere decir que no sean legítimas. No veo ningún peligro ni para la democracia ni para las personas ni para nadie con el gobierno de esta señora. Hay que darle la enhorabuena y que empiece a trabajar.

–¿Votó a Díaz Ayuso?

–No. Pero más de 100.000 votantes del PSOE en las elecciones de hace dos años la han votado ahora a ella. Y son muchos votantes.

–¿Le dio pena la soledad de Ángel Gabilondo la noche electoral?

–Sí, no se lo merecía. No tenía que haber aceptado la candidatura, pero todos cometemos errores.

–¿Los resultados de Madrid son extrapolables al resto del país o Díaz Ayuso ha tenido muchos votos prestados?

–Yo creo que anuncian un cambio. Madrid, que es una comunidad muy urbanita, suele anunciar lo que luego suele pasar en el resto del país. Hasta ahora Madrid ha sido un adelanto de lo que iba a pasar. Puede suceder o no suceder, porque eso es imposible de saber, pero creo que sí va a pasar.

–¿Qué futuro político le augura a Ciudadanos?

–Yo creo que se nos muere. Y Podemos, también. Han llegado, pero no para quedarse. Han llegado para enmerdar. Que Ciudadanos se haya dejado llevar de la mano en la moción de censura en Murcia, que ha traído como consecuencia este tsunami... ¿pero qué visión política hay en Ciudadanos?

–¿Se queda a gusto con la marcha de Iglesias de la política?

–Sí, sí. Es una mosca cojonera, como se dice.

–¿Dónde está la raíz del fracaso del PSOE en Madrid el 4-M?

—Su campaña ha sido pésima, pero sus resultados electorales en Madrid vienen de todo lo que han hecho en el Gobierno. En el momento en que meten en el Gobierno a Iglesias, se ha ido desastre tras desastre. Han hecho una ley educativa sin ningún intento de elaborarla para que dure: por primera vez los enseñantes y sus sindicatos no han sido llamados al Congreso para oírles, aunque son los primeros que saben de qué va la cosa. Se lanzaron a hacer una Ley de Eutanasia en medio de una crisis sanitaria que se ha llevado por delante a bastantes más de 100.000 personas. El proyecto de ley de la eutanasia, que tenía que haber pasado necesariamiente por el Comité de Bioética que se creó para este tipo de decisiones, se lo saltaron con una proposición de ley. Hay pocos países que tengan una ley de eutanasia y casi todos están arrepentidos porque se producen muchos abusos contra gente que no se puede defender, como los enfermos de Alzhéimer.

–A Pedro Sánchez le describe en su nuevo libro como una persona sin límites morales, que ha convertido el PSOE en un apéndice de sus ambiciones.

–El libro tiene una parte descriptiva-crítica de las políticas de Gobierno y una segunda parte propositiva, con lo que yo creo que se debe hacer: una ley de partidos, una nueva ley electoral, la reforma judicial, una reforma administrativa y la reforma del Título VIII de la Constitución, que es donde se regulan las comunidades autónomas. Ese título se pactó en el momento constitucional y se hizo muy mal; está muy mal redactado y es por culpa de los nacionalistas catalanes, que metieron la mano ahí. Está lleno de ambigüedades y es momento de ponerlo en orden.

–No cree en las primarias.

–Para la ley de partidos, propongo que se prohíban las primarias y se resucite el sistema de delegación. Las primarias han conducido a un hiperliderazgo, a un caudillismo, a una relación plebiscitaria entre el líder y los militantes o afiliados, con un problema tremendo. Los afiliados se parecen a los votantes de esos mismos partidos lo que un huevo a una castaña. El afiliado es más sectario y extremista, sea de derechas o de izquierdas, y por eso hay que buscar que el afiliado delegue. Al delegar se crean poderes intermedios que compensan el poder del liderazgo: es bueno que exista el líder, pero no que exista el caudillo.

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