Operación: Salvar al cernícalo

Era un huésped habitual en los campanarios y tejados hasta mediados del siglo pasado, pero hoy su presencia en nuestro país ha quedado reducida a una quinta parte -ha pasado de 100.000 parejas en los años 60 del siglo XX a 20.000 parejas en la actualidad-. El cernícalo primilla, falco naumanni para los expertos, es una de las especies en peligro de extinción en España. Precisamente por este motivo, el catedrático de Zoología de la Universidad de Salamanca, Salvador Peris colabora desde hace cuatro años con Iberdrola en un proyecto con el que se trata de reducir la accidentabilidad de esta pequeña ave protegida.El propósito de esta idea es garantizar la estabilidad de las colonias del cernícalo primilla que se localiza en el área comprendida entre los municipios de Sisante, Vara de Rey y Atalaya del Cañavete, todos ellos al sur de Cuenca. Precisamente allí, lberdrola cuenta con cuatro parques eólicos en los que "este rapaz se ha visto obligado a buscar alimento con el consiguiente peligro que eso le entraña", según explica Peris.Desde finales de los años 90, el hábitat de este pájaro de tonos azulados, pardos y rojizos, ha sido destruido de forma acelerada debido principalmente a la intensificación de las explotaciones agrícolas así como el abuso de pesticidas y plaguicidas. Pero a esos dos agentes de extinción básicos hay que añadir la creciente tendencia de la construcción de aerogeneradores en aquellas zonas de nidificación de esta especie.Gracias al proyecto dirigido por el catedrático de la Universidad de Salamanca, se ha hallado una solución para evitar los accidentes con estos pájaros. Y es que, se ha comprobado que arar la tierra en la segunda quincena de mayo ayuda a eliminar la puesta de huevos de saltamontes, que son el principal alimento en la dieta del cernícalo. Una práctica que desde que se lleva a cabo desde hace tres campañas, ha logrado reducir notablemente estos accidentes, dado que se evita que las aves se acerquen hasta las zonas en las que se producen las incidencias. Según el informe, se ha conseguido disminuir a cero el número de accidentes tanto en 2015 como en lo que va de 2016.Tras cuatro años de minuciosas investigaciones y análisis de datos, se ha comprobado que las áreas que han sido previamente roturadas han registrado un considerable descenso de los accidentes de cernícalos. Los encargados del proyecto explican que estas medidas serían fácilmente extrapolables a zonas en las que se viva una problemática similar con esta especie.Esta no es la primera investigación en la que participa Peris, que ya ha sido responsable de hasta 24 proyectos en Iberoamérica, la península ibérica y en el norte del continente africano.