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S.M.
Martes, 13 de noviembre 2018, 09:15
La demanda de concentraciones parcelarias no cesa, ahora porque los pueblos ven que es una forma de fijar población en el medio rural. Si ya están muy avanzadas las de Vilvestre, Sobradillo, Pereña y Cabeza de Béjar y también la de los pueblos del regadío de La Armuña, la Junta de Castilla y León se encuentra ahora encima de la mesa las demandas de Villarino y Sorihuela para iniciar la concentración parcelaria, las prisas de Masueco para que, por fin, la suya sea realidad, y la intención de La Fregeneda de pedirla.Estos municipios se encuentran con el gran problema de que la prioridad ahora mismo para la Junta de Castilla y León son las concentraciones de zonas productivas y por ellas entiende el regadío. Masueco no cumple este requisito pero se “salva” porque solicitó la concentración parcelaria hace ya 10 años, cuando no existían diferencias entre unos municipios y otros por su productividad, y estaba en “lista de espera” desde entonces. Su alcalde, Marceliano Sevilla, tiene claro que una vez que sea realidad podrá ser “gancho” para que “8-10 ó 15 ganaderos puedan asentarse en el pueblo”. “Si no nos llega, las poblaciones cada vez son mayores y quedamos aislados”.La respuesta de la Consejería a su demanda ha sido que les facilita el proyecto pero que la obra, que podría suponer un desembolso situado entre los 3 y los 4 millones de euros, tendría que salir de las cuentas del municipio o de los propietarios, algo que Villarino, como mantiene su alcalde, no se puede permitir.
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