El crimen más oscuro de Topas cumple 15 años

Parece que fue ayer cuando ‘El Zanahorio’ entraba eufórico en los juzgados gritando “He matado a ‘El Mataviejas” pero ya han pasado 15 años de aquel crimen ocurrido en la prisión salmantina. Numerosos medios de comunicación nacionales se hacían eco de la noticia: tres reclusos se tomaban la justicia por su mano y mataban de 113 puñaladas a otro que cumplía condena por violar y asesinar a 16 ancianas en Cantabria. Muerte, venganza, presos considerados como ‘muy peligrosos’, frialdad, orgullo y los interrogantes sobre si se podía haber evitado hacían de ésta una de las historias más rocambolescas de los crímenes de España.Fue el 22 de octubre de 2002 cuando José Antonio Rodríguez Vega, conocido como ‘El Matalaviejas’ por los asesinatos que cometió en la década de los ochenta, ingresó en la tercera galería de aislamiento del centro penitenciario con los considerados como ‘FIES 1’, es decir, con los internos de máxima peligrosidad.Un día más tarde estuvo charlando con dos de sus asesinos: Enrique del Valle (‘El Zanahorio’) y Daniel Rodríguez Obelleiro —también en este módulo por sus ‘características especiales’—, a quienes confesó su deseo de alcanzar una cuantiosa fortuna escribiendo las memorias de sus crímenes.No pasaron ni 24 horas cuando alrededor de las 11.00 horas de la mañana del día 24 Felipe Martín Gallego, el tercer implicado, empezó a pegar a la víctima con una piedra envuelta en un calcetín hasta que consiguió que cayera al suelo. Entonces, el leonés Enrique Valle González y el coruñés Daniel Rodríguez Obelleiro sacaron sus ‘pinchos’ de fabricación casera y le asestaron 113 puñaladas en cabeza, cuello, brazos, pecho, esplada y tronco ante la mirada impotente del entonces director y los funcionarios de la prisión, a quienes Felipe impidió que intervinieran.Dos años más tarde, durante los días 14, 15 y 16 de diciembre de 2004, un jurado popular valoraría aquellos hechos. En la sesión, los presentes no observaron ni una pizca de arrepentimiento por los asesinos, quienes quedaron fríos a los que escuchaban en la sala con frases como “Matando a ‘El Mataviejas’ le hice un favor a la sociedad” o “Tras matarle, me fumé un cigarro y esperé a que se calmasen los funcionarios que estaban más nerviosos que nosotros”.Pese al intento de defensa de los abogados de ‘El Zanahorio’ y Obelleiro, que centraron sus estrategias en aludir a una enfermedad mental y en asegurar que sus clientes fueron manipulados por intereses sindicales de la propia prisión para que cometieran el asesinato, el tribunal condenó a Enrique y a Daniel a 13 años de prisión, y a otros 5 a Felipe por cómplice del homicidio.