J.S.
Domingo, 24 de julio 2011, 22:44
Pese al implacable paso del tiempo, que la ha convertido en objetivo habitual de los graffiteros de la ciudad, la Torre del Marqués de Villena permanece como la atalaya protegida por la Cerca Vieja, la primera muralla medieval que se construyó en la capital del Tormes en el siglo XI. Su lugar en la historia contrasta con su ubicación en la Cuesta de Carvajal, junto a la denominada Cueva de Salamanca, motivo por el que su halo de misterio no ha dejado de incrementarse.Lo que es cierto es que la Torre en ningún momento perteneció al célebre nigromante que, como dice la leyenda, logró engañar al mismísimo diablo en su escondite subterráneo. Se trata de la única edificación que permanece en pie del Palacio Mayorazgo de los Albendea, edificado en el siglo XV y del que apenas queda constancia en los registros históricos de la ciudad. Actualmente, la torre ofrece unas vistas privilegiadas a todos aquellos intrépidos que no tengan problema en ascender por sus interminables peldaños. La Catedral o el convento de Los Dominicos.Lea el reportaje completo en la versión impresa de LA GACETA de este lunes 25 de julio.
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