Pureza para desperezar el invierno taurino

Ginés Marín abrió la temporada taurina en el tradicional festival de Valero de la Sierra, donde lidió en primer lugar un manejable toro de Garcia Jiménez que, dentro de su punto de informalidad, se entregó sin reservas en la primeras tandas antes de plantar renunció a partir del cuarto encuentro. Firme, seguro e inteligente, desde el primer momento le plantó cara con autoridad por ambas manos. Rajado el toro le siguió buscando las vueltas a base de adornos y series de rodillas antes de finalizar por manoletinas. Enterró la espada haciendo muy bien la suerte y enterrando todo el acero en lo alto.Con más cuajo, hondo de hechuras y redondas formas fue el segundo, que sin embargo tuvo más duración. Le desengañó rápido Ginés Marín, que consintió mucho al toro de Peña de Francia para extraerle la nobleza que escondía en cada envite. La seguridad en las formas, la búsqueda del temple y la dimensión de los muletazos fueron las claves en las que fundamentó una faena bien estructurada, larga y con mucho interés donde buscó siempre el gusto y el toreo más puro, por el que apostó sin reservas durante una tarde feliz donde brilló con la mejor versión de su toreo para romper un silencio casi sepulcral. La ficha:En tarde soleada y de buena temperatura, se lidiaron 2 TOROS DE HERMANOS GARCIA JIMÉNEZ, noble y rajado el 1º; noble y con duración el 2º. GINÉS MARÍN, nuevo en esta plaza.Buena estocada (dos orejas); y estocada tendida y descabello (dos orejas).