PABLO MONTES
Lunes, 24 de diciembre 2018, 12:30
Un gran e inmenso descampado. Campo abierto donde Salamanca ya no era Salamanca. Algunas casas bajas y calles de barro donde los niños jugaban al escondite, las canicas o la peonza ajenos al bullicio de la ciudad. Así era el barrio de Capuchinos hace solo ... tres décadas. Nada que ver con las grandes avenidas y los elegantes bloques de viviendas de piedra de Villamayor que se pueden ver en la actualidad. Ni centro de salud, ni punto limpio, ni parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, ni instituto García Bernalt ni, por supuesto, Carrefour.Precisamente fue este último el que dio el pistoletazo de salida de un barrio otrora olvidado y desatendido. La punta de lanza de un crecimiento imparable que cambió por completo la fisionomía de la ciudad. Salamanca ya no empezaba en La Glorieta. Lo hacía en el Pryca (que así se llamó el hipermercado hasta el año 2000). Los que llegábamos una vez a la semana a la capital procedentes de La Armuña empezamos a ver cómo las grúas comenzaban a inundar lo que eran campos baldíos y de cultivo. Desde entonces parece que el Helmántico está más cerca. Que Salamanca recibe a los que llegan desde Fuentesaúco o Zamora con mejor cara.Hace tres décadas no se hablaba sólo de Capuchinos. Para ser exactos el barrio se denominada La Charca-Capuchinos, en honor a la pequeña laguna que había en la zona. En lo que hoy es la prolongación de Gran Capitán se sucedían casas bajas en calles de barro. Los vecinos de la zona iban a buscar leche a la vaquería Balta y la basura se acumulaba en la calle sin que el Ayuntamiento prestara demasiada atención a la zona. Las fiestas, a principios de los noventa, tenían un presupuesto de 75.000 pesetas para que los vecinos olvidaran durante tres días otro olvido, el institucional. Cabezudos, charangas, orquestas y juegos infantiles.Pero el sino de Capuchinos cambió el 26 de octubre de 1989. Aquel día abría sus puertas el hipermercado Pryca (acrónimo de precio y calidad). Esta cadena creada por la unión de la francesa Carrefour y la española Simago eligió Salamanca para abrir un gran centro comercial. El primero que acogía la capital charra de esa magnitud, ya que hasta entonces lo más potente que existía en este sentido era el Merca 80 de la avenida de Los Cipreses y el Simago de la calle Toro. Con más de 8.000 metros de superficie y una plantilla de 266 personas, la llegada de Pryca tuvo su cara y su cruz. La cara fue el desarrollo de un barrio y la creación de puestos de trabajo. Y la cruz fue el cierre de numerosas tiendas de ultramarinos y pequeños supermercados que había en los alrededores.Con el inicio de la década de los noventa la actividad comenzó a ser frenética en Capuchinos. Las calles de barro, la fuente del Cántaro y la charca pasaron a mejor vida y se fue forjando una nueva zona donde las calles y las plazas empezaron a recibir nombres de localidades de Castilla y León y comenzaron a levantarse coquetos edificios de cinco y seis plantas con patios interiores. Después llegaría el punto limpio, la iglesia, las tiendas y hasta un instituto, el García Bernalt. También a finales de los noventa llegó la mutación de Pryca en Carrefour. Aún así mucha gente se resiste a olvidar el primer nombre, que llenó Salamanca de bolsas con aquellos inconfundibles colores verdes y rojo y de camisetas como las que se repartían en la tradicional carrera que organizaba el hipermercado.La Diputación deberá retirar las Medallas de oro de cinco afines al RégimenLos charros dejan de ser "de mal gusto" según la RAEDe la Lotería de Navidad a La Quiniela. "Los Manolos" reparten otros 29.000 euros
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.