J.H.D.
Jueves, 10 de enero 2019, 15:43
La inocentada en la San Silvestre de este domingo fue anunciar por megafonía, segundos antes de la salida, que este año se realizarían controles antidopaje a los 10 primeros clasificados de la categoría absoluta masculina, las 5 primeras femeninas, el ganador de cada categoría de la carrera D y otros 10 dorsales al azar que ya estaban sorteados. Algún corredor llegó nervioso a la línea de meta, pidiéndole a la organización explicaciones de por qué habían instaurado ese control y opinando que algunos participantes habían abandonado, posiblemente, por temor al control.José Antonio Molinero comentaba: “Se trataba de una broma, pero si alguien ha abandonado de verdad por temor a un control, me alegro”.La noticia, publicada este lunes por LA GACETA, ha tenido una importante repercusión en las redes sociales, e incluso en algunos medios de comunicación nacionales -AS- y webs especializadas. La opinión generalizada ha sido 'aplaudir' la broma de la organización si eso ha servido -aunque de forma indirecta- para destapar algo anómalo en algún participante.
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