El hijo de Mari Ángeles Grajal defiende a su madre a capa y espada: «La que ponía la pasta era ella»

En medio del conflicto familiar que ha surgido entre su madre, Mari Ángeles Grajal, y sus hermanos, Gabriela y Jaime, Jacobo Ostos ha compartido su perspectiva de los acontecimientos en una entrevista en el programa de Sonsoles Ónega.

Jacobo comenzó la conversación expresando su pesar por la situación y abogando por «hablar de lo que hizo mi padre, no de la situación familiar.»

El hijo del famoso torero se alineó claramente con su madre, subrayando que su relación con sus hermanos no era perfecta incluso antes del fallecimiento de su padre. Jacobo afirmó que «Cuando el dinero está en juego, a la gente se le quita la careta» y agregó que «Esta historia viene de hace muchos años, ha habido una persona que ha intentando arreglar una familia y esa ha sido mi madre»

Jacobo compartió detalles sobre los eventos en el momento del fallecimiento de Jaime, revelando que su padre fue incinerado en Colombia debido a los protocolos de COVID-19 y que él asumió los costos de la incineración y repatriación, no obstante, señaló que Jaime no asistió a los funerales en España:

«A mi padre se le incineró en Colombia por protocolo Covid. Yo me hago cargo del coste de la incineración y de la repatriación. Jaime estaba a dos horas de Bogotá, primero dice que va, luego que no... el caso es que al final ni va a Bogotá ni viene a España a los funerales»

También habló sobre la venta de la casa y los objetos de valor que había dentro, afirmando que siempre había mantenido abiertas las puertas de su casa para sus hermanos, pero que estos no se presentaron hasta mucho tiempo después.

«Desde el minuto uno que fallece mi padre se les dice que pueden venir a casa para lo que quieran, tengo audios que lo demuestran. No han venio hasta julio de este año, un año y siete meses después. Mi hermana llega con una amiga y un camión y se lleva lo que quiere»

En defensa de su madre, Jacobo enfatizó que sus padres se casaron por amor y no por razones económicas. Afirmó que su padre ya era rico cuando se casó con Consuelo Alcalá y que, al separarse, decidió que ella se quedara con todo. Jacobo insistió en que el amor fue la base de su matrimonio y que su madre fue quien contribuyó económicamente a la relación:

«Mi padre era rico cuando se casó con Consuelo Alcalá y para evitar problemas cuando se separó dijo que se lo quedaran todo. Mi padre se casó con mi madre enamorados, pero la que ponía la pasta era la doctora Grajal»

Ante esta nueva controversia, Mari Ángeles Grajal se comunicó telefónicamente para compartir su versión de los hechos, explicando que «Nos casamos el 14 de agosto de 1992 en El Escorial por segunda vez», aunque Pilar Vidal, colaboradora del programa, mencionó que dicho matrimonio no estaba registrado en el Ministerio de Justicia.

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