Sábado, 8 de julio 2023, 09:36
Mucho se ha hablado de la lista de invitados a la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ya que la lista inicial era de 4.000 personas y muchos nombres se han caído por limitaciones obvias de aforo. La Marquesa de Griñón explicaba hace unas semanas en 'El Hormiguero' que algunos rostros que no asistirán al enlace, sí que lo harán a la fiesta de después. En la preboda ha pasado algo parecido.
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Tal y como se ha comentado a lo largo de esta semana en diferentes medios de comunicación, la preboda que ha tenido lugar este viernes se hacía como una especie de 'bienvenida' a todos los invitados que vienen de fuera de España para que conozcan a rostros conocidos de nuestro país y también pudieran charlar con la familia más cercana de los novios.
Lo que viene siendo una antesala de lo que será mañana. Sin embargo, en la noche del viernes conocíamos gracias a Pilar Vidal que muchos de los invitados que han ido a la preboda en el Hotel Ritz no asistirán mañana a la boda, por lo que también se trata de una manera de 'celebrar' su enlace de forma anticipada.
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Tras ver los rostros conocidos que han acudido a este prestigioso hotel de Madrid ha llamado especialmente la atención la ausencia de dos personas muy importantes en la vida de los novios: Carolina Molas e Isabel Preysler.
Isabel se encuentra en su casa de Puerta de Hierro esperando con felicidad que llegue el momento en el que su hija se de el 'Sí, quiero' con Íñigo y, como tiene a sus nietos consigo, ha preferido no asistir a esta fiesta que, como decimos, se trataba de un primer contacto para muchos... puesto que ella es de sobra conocida y prefiere hacer su aparición el día fuerte de este fin de semana.
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De esta manera, parece que Carolina Molas se ha puesto de acuerdo con su consuegra -o lo ha decidido de forma unilateral- no asistir a la preboda para evitar comentarios o especulaciones sobre una posible -y nula- competición entre ambas. Los que sí que han asistido han sido sus hijos, Alejandra y Jaime Onieva.
En el Hotel Ritz se ha dejado ver el padre del novio, Íñigo, quien vive en México y el que no ha dudado en asistir en compañía de su pareja. Cumpliendo así el patrón que se ha explicado hasta la saciedad sobre los invitados que acudirían a la preboda: personas de fuera del país con ganas de tener un primer en contacto en la ciudad.
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Hasta las inmediaciones del hotel se desplazaron muchos fans de la pareja que no se quisieron perder cómo los novios llegaban a la fiesta. Lo hicieron por separado, lejos de aparecer de la mano y pregonando su amor a los cuatro vientos, los dos tortolitos prefirieron hacer su entrada triunfal de forma individual.
Primero llegó Íñigo, que entraba a los jardines del Ritz por la alfombra roja que el hotel desplegaba en la puerta lateral y Tamara lo hizo por la puerta principal. Muy sonrientes, ambos agradecieron a todos los allí presentes reflejando la gran felicidad del momento.
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Tamara se bajaba del coche luciendo un impresionante dos piezas de Pedro del Hierro, de blanco impoluto, y confesaba a su llegada que se encontraba «muy bien» además de «muy contenta» por haber hecho su sueño realidad.
Por su parte, Íñigo hacía su entrada triunfal recibiendo un fuerte aplauso por parte de todas las personas que estaban allí congregadas. Visiblemente nervioso y algo desorientado por la cantidad de gente que se agolpaba en la alfombra roja, el empresario entraba luciendo una sonrisa e incluso aplaudiendo.
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