Salamanca
Viernes, 1 de septiembre 2023, 07:36
En el contexto de alimentación y salud, a menudo la polémica suele estar servida, especialmente cuando se trata de carne roja. Este alimento ha estado envuelto en mitos que perduran en la memoria colectiva, desafiando la percepción de su papel en una dieta equilibrada. Sin embargo, dentro de un enfoque variado y saludable, la carne de vacuno es beneficiosa.
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Aunque se oiga que el consumo de carne es elevado en nuestro país, las cifras oficiales revelan otra realidad. En comparación con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de carne de vacuno en España es cinco veces más bajo.
Concretamente, el consumo promedio de carne de vacuno en los hogares españoles es de cinco kilos por persona al año, equivalente a uno total de unos 100 gramos por semana. Según la OMS, seaconseja ingerir 500 gramos de carne rojapor persona a la semana, lo que indica que el consumo actual en España está significativamente por debajo de lo recomendado.
El informe de la FAO «Contribution of terrestrial animal source food to healthy diets for improved nutrition and health outcomes» destaca que, en patrones alimentarios apropiados, los alimentos derivados de animales terrestres, incluida la carne, son cruciales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
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Esto implica contribuciones vitales, como reducir el retraso del crecimiento, mejorar el peso al nacer, combatir la anemia en mujeres en edad reproductiva y disminuir la obesidad y las enfermedades no transmisibles en adultos.
La carne de vacuno es un elemento integral de la dieta mediterránea, considerada patrimonio intangible de la humanidad y una de las más saludables. En España, esta carne se produce bajo las más rigurosas normativas mundiales, lo que la convierte en un componente necesario del menú. Además de ser una fuente de proteínas de alto valor biológico (20% - 25%), es rica en nutrientes esenciales como la lisina, metionina, leucina y treonina, que el cuerpo humano requiere diariamente.
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Contiene elementos adicionales, como calcio, magnesio, potasio y fósforo, que respaldan el desarrollo óseo, muscular, el transporte de oxígeno y el sistema nervioso. Sus propiedades antioxidantes, gracias al selenio, zinc y vitamina E, agregan un valor adicional.
La tendencia hacia dietas veganas o vegetarianas puede comprometer los niveles adecuados de macronutrientes (proteínas y ácidos grasos omega-3), micronutrientes (hierro, zinc, yodo, vitamina D y B12), impactando en la salud mental y física. El consumo de carne contrarresta la anemia, evitando las limitaciones de absorción de hierro en fuentes vegetales. La eliminación total de la carne puede repercutir en el desarrollo cognitivo y físico.
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El enfoque más beneficioso es consumir carne de forma mínimamente procesada. La búsqueda de alternativas vegetales altamente procesadas, imitando hamburguesas y otros alimentos, introduce aditivos no deseados.
El valor nutricional de la carne reside en su perfil completo y su adaptación a la fisiología humana, lo que se traduce en beneficios físicos, incluida una mayor esperanza de vida.
España ostenta una de las mayores esperanzas de vida del mundo, reflejando la importancia de la alimentación en nuestra longevidad. La carne de vacuno tiene un papel esencial en este contexto.
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Un estudio de la Universidad de Adelaida (Australia) enlaza positivamente el consumo de carne con la esperanza de vida.
La carne aporta no solo energía sino también nutrientes esenciales al cuerpo humano, lo que se traduce en beneficios físicos, incluyendo una vida más larga y saludable.
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