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Salamanca
Domingo, 3 de septiembre 2023, 06:20
La preocupación por la enfermedad hemorrágica epizoótica es máxima en estos momentos entre el sector ganadero. Desde la Asociación de Ganaderos 19 de Abril han denunciado tanto la falta de información como la falta de un protocolo de actuación por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Junta.
La EHE es una enfermedad nueva, desconocida para el ganadero. Los primeros casos se detectaron en noviembre del pasado año en Europa y a finales de ese mismo mes, se confirmaron los primeros casos en España. Andalucía y Extremadura fueron las primeras comunidades en alertar sobre los efectos en el ganado vacuno y a partir de confirmarse el primer caso en Salamanca, en la comarca de Ledesma. «La enfermedad ha corrido como la pólvora por la provincia, siendo muy raro la explotación que no cuenta con algún animal afectado», aseguran.
Los efectos de la picadura del mosquito en el vacuno están siendo muy preocupantes, animales que se quedan asilados del resto, con dificultad para moverse, comer o beber, que presentan fiebre, secreciones nasales, cojera, dificultad respiratoria, úlceras, lengua negra, que responden lentamente en el mejor de los casos al tratamiento pero que, lamentablemente en otros muchos casos, abortan o mueren. «Estos efectos dejan en entredicho la escasa información de las autoridades sanitarias, según las cuales, la situación no sería alarmante porque, la EHE solo afectaría gravemente a animales silvestres y de forma moderada, con clínica limitante durante un par de semanas, al ganado vacuno», confirman.
Las cifras de mortalidad y abortos aumentan cada día. El porcentaje de animales enfermos en algunas explotaciones es alarmante. Los ganaderos se sienten indefensos, no saben cómo actuar, qué hacer y la situación es lo suficientemente preocupante como para que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto y actúen de una vez. Pero, «ni existe un plan de actuación, ni de control, ni información real de todos los animales enfermos y explotaciones afectadas, ni tampoco, información de las posibles secuelas de la enfermedad», matizan.
Las autoridades sanitarias apenas están tomando muestras o registrando los nuevos casos, por lo que, difícilmente puede haber una visión real del alcance y gravedad de la enfermedad. A pesar de ello, es sumamente importante que el ganadero comunique los animales que presenten síntomas, que queden registrados por escrito, porque es la única forma de tener datos reales para exigir medidas de actuación. Es una enfermedad de declaración obligatoria y que si llegado el caso, hubiera alguna compensación por pérdidas, habría que justificarlo.
Por si fuera poco, la alta demanda de determinados productos como desinsectantes y antiinflamtorios, está causando una rotura de los stocks y, por consiguiente, el incremento de los precios, sin olvidar, el trabajo y dificultad que supone el manejo del ganado para aplicar los tratamientos. «Desconocemos que interés existe en no reconocer la gravedad de la enfermedad. No podemos seguir así. Hemos pedido encarecidamente que se tomen medidas, que se elabore con carácter urgente un plan de lucha y control, que se informe, que se compensen las pérdidas económicas, así como, que se valore el uso de una vacuna como hacen otros países fuera de la UE», aclaran desde la Asociación.
La EHE se suma a un año ya de por si horrible. No hay que olvidarse de la tuberculosis, que no deja de avanzar en la provincia, con 7 comarcas que superan el 3% de prevalencia y 4 unidades incluidas en zona de especial incidencia (ZEI). Además, se está vacunando de lengua azul, la sequía ha sido generalizada en todo el país, las cosechas han sido malas y, por si fuera poco, ahora hay una enfermedad nueva cuyas consecuencias se desconocen.
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