Los grandes proyectos electorales salmantinos que se han perdido en el tiempo

Veinte años después, una de las promesas electorales que cayeron en el olvido a principios de este siglo ha sido «desempolvada» para captar el voto de los salmantinos que apuestan por conservar y proteger las tradiciones. Días antes de ganar sus terceras elecciones con mayoría absoluta, en mayo de 2003 el exalcalde Julián Lanzarote prometió abrir el Museo de la Indumentaria Tradicional Charra, que, además de una muestra de los trajes populares de la provincia, incluiría talleres para aprender a elaborar los vestidos típicos. En esta campaña el proyecto ha «resucitado» pero no de la mano del Partido Popular, sino en el programa del candidato socialista, José Luis Mateos, que como alcaldable apuesta por un Museo del Traje Charro y por otro de la Historia de la Ciudad. Para este último se construyó en 2002 el edificio del Cerro de San Vicente, que durante años han permanecido sin apenas uso.

No es esta ni la única ni la mayor de las promesas electorales que el tiempo y el olvido enterraron sin que llegarán a hacerse realidad. En 2007 la «moda» era comprometer tranvías. No fue solo una apuesta del PP sino también del PSOE. Julián Lanzarote fijó 2011 como el año en el que empezaría a funcionar la primera línea de este transporte público. Tendría 4,6 kilómetros e iba a conectar Garrido con el Campus Unamuno. Su principal rival entonces, el socialista Fernando Pablos prometió que él traería el tranvía a la capital del Tormes un año antes que su competidor. Para este proyecto, quería aprovechar las vías que quedarían sin uso tras el proyecto estatal para conectar Salamanca con Portugal a través de un tren de altas prestaciones. Ciertamente por esa infraestructura no pasa hoy ningún convoy de pasajeros, pero tampoco hay conexión rápida con el país vecino. Y, pese a que los dos partidos que conformaron el pleno en aquel mandato, apostaban por el tranvía, este nunca llegó a la ciudad.

Pocos salmantinos se acordarán ya que el Ayuntamiento trató de construir hace dos décadas el circuito de alta velocidad que Lanzarote prometió en «El Marín», algo inviable dada la protección con la que contaban los terrenos. Pero, sin ninguna duda, dos son los grandes proyectos frustrados del Ayuntamiento. Hasta cuatro emplazamientos se han desechado en los últimos 22 años para esta instalación que no solo ha comprometido el PP, sino también Cs. Tampoco en la reforma de la plaza de los Bandos se ha logrado llegar a un acuerdo en 30 años.

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