Este sábado a eso de las 21:00 horas el BM Salamanca habrá cerrado una etapa tras enfrentarse en el último choque de Liga, ya con los deberes de la salvación hechos, frente al CB Santoña (el choque comenzará a las 19:00). Y no una cualquiera, sino una con marcado acento argentino. Juan Martín del Boca se despide como entrenador del Río Tormes 951 días después del choque de su debut (26 de septiembre del 2021 con el Nava como rival y con derrota al final de los 60 minutos) y con 90 partidos a sus espaldas.
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«Me voy con más reveses de los que me hubiera gustado», afirma el preparador bonaerense, que a finales de mayo hará las maletas para volver a su ciudad natal: «Pero solo de vacaciones, eh. Quiero seguir entrenando en España». «De mi paso deportivo por Salamanca me quedo con la primera campaña, fue un temporadón. Quedamos quintos y batimos varios récords dentro del club. Luego, la realidad es que en el deporte se pierde más que se gana y así han sido las otras dos campañas. Por encima de todo esto me tengo que quedar con que desde el día uno y hasta el último hemos estado unidos, juntos, tirando hacia adelante», valora.
«Yo a partir de que acabe el partido ya dije todo en este club, pero saben que es algo que eso es algo que me gustaría que siguiera: se ha construido una linda base, al equipo le hacen falta algunos jugadores para estar más arriba, pero esa unión de la que hablaba está armada no solo en lo deportivo, sino también a nivel social». concluye el entrenador argentino.
Que ahora reconoce sin paños calientes su evolución desde que tomó las riendas del banquillo hasta ahora: «De todo este tiempo me llevo mi capacidad para agudizar el ingenio. Venir a un balonmano diferente, en una Liga en la que no había competido nunca me llevó a afinarme más para poder competir. También me llevo una relación muy estrecha con la mayoría, o con todos, los jugadores que he tenido. Ellos y otros amigos son los que me han sostenido en los momentos más difíciles, al final no hay que olvidar que estoy muy lejos de mi casa, aunque Salamanca aparte de ser una ciudad preciosa es muy acogedora».
Oír hablar de victoria de despedida le cambia el tono de voz: «Ojalá», espeta con una contundencia que quita del medio todas las dudas que implica la palabra en sí misma. «Hemos entrenado para ello, nadie aflojó pese a la derrota del fin de semana pasado, pese a ser el final de Liga... No va a ser fácil porque es un gran equipo, pero el sueño de irme con un triunfo está ahí. Luego, la realidad de la temporada es que no llegamos con los resultados que queríamos, más allá de las jerarquías de los rivales, que por algo están ahí en la tabla; creo que hemos estado entrenando bien y nos merecemos este último premio», se despide.
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