Salamanca se convierte este sábado en la capital del culturismo natural de Europa. Cerca de 1.500 participantes se dan cita en el Palacio de Congresos en busca de ser los mejores músculos (los más definidos, vasculados...). De entre la maraña de idiomas y nacionalidades sale a flote, por méritos propios, el nombre de Roberto Fernández, el representante que defiende el honor de Salamanca en el 'ICN European Championship' tras pegar un giro radical en su vida y cambiar la pértiga por las pesas y el gimnasio.
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¿Cómo un saltador de pértiga de División de Honor de un día para otro se convierte en un crack del culturismo?
—Por los estudios y el trabajo. Hace tres años, con 21, estas dos cosas me hicieron replantearme mi carrera en el atletismo y la decisión que tomé fue dejarlo. Tenía claro que no quería desligarme del deporte y a través de una amiga gané un concurso de un año gratis de gimnasio y hasta hoy. Cuando llegué el primer día al gimnasio me propuse no sólo estar en forma y bien, sino también competir. Y eso lo encontré con el culturismo a través del Men's physique, que es la categoría en la que compito y que es digamos es una categoría del el típico playero, musculado que va en bañador. La cultural del esfuerzo que traía me sirvió para en muy poco tiempo, en año y medio, tomar parte de mi primer concurso, que fue en el Campeonato de España natural; logré un sorprendente segundo puesto y eso me convenció de que servía y me abrió las puetas para hacerme culturista profesional. Luego vino el Nacional pro en el que quedé tercero y, finalmente, el Mundial, en el que quedé cuarto. Todo eso me pasó muy rápido y eso me dejó destrozado físicamente, porque además lo hice de una manera amateur. Llegados a ese punto, como es habitual, decidí hacer un parón, y centré todo mi trabajo con la ayuda de un preparador con el que tenemos todo marcado. Eso supuso para mí un trance para crecer. Ahora, después de un año de puesta a punto volvemos a la carga y además con esta primera competición en casa.
Está a las puertas de competir, el cuerpo lo tiene a punto. ¿Los nervios?
—No tengo ninguno. Y me explico, este deporte no es como un examen en el que puedes decir tenía que haber estudiado algo más antes de ver la pregunta, aquí o es o no es. O lo haces o no lo haces. Llegas sabiendo lo que has hecho y yo sé cómo llego. Esta semana he tenido algo de nerviosismo, pero con el pesaje ya se me ha pasado. Tengo toda la confianza del mundo y las ganas de ganar. Además, tengo el apoyo de mi gente.
Su constitución en nada tendría que ver a la de cuando hacía pértiga, ¿ cuánto ha cambiado su peso?
—He llegado a pesar 20 kilos más. El primer día que entré en el gimnasio pesaba 79 y he llegado a los 103. Ahora, en esta etapa de definición estoy en 83.
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Las redes sociales han provocado un boom en los gimnasios nunca antes visto, ¿eso cómo afecta al culturismo?
—En la misma medida. Por mí ha pasado muchos chavales diciendo que qué había hecho, que querían competir como yo. Las redes tiran mucho del carro, pero una cosa son lo que se ve en redes y otra cosa lo que hay detrás. Requiere muchísimo sacrificio, tanto como que no puedes comer con un amigo ni con tu novia, esto te exige un esfuerzo diario de 365 días. El culturismo te demuestra quién de verdad te quiere y quién no. Si no tienes esta idea ya puedes decir que quieres ser McGregor, que no lo vas a ser. Yo a estos chicos les aconsejo que disfruten del gimnasio, que cojan sus pesas y que vean su disciplina, eso es lo que les va a llevar a competir.
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