El Madrid pierde la cabeza en el Metropolitano

El Atlético de Madrid se impuso en un derbi madrileño en el que el Real Madrid pagó cara su falta de intensidad defensiva y en el que perdió el liderato de la Liga en favor del Barcelona. Morata, con un doblete, fue protagonista en un choque en el que los rojiblancos no perdonaron sus ocasiones y maniataron a un rival que encajó la primera derrota de la temporada.

El Real Madrid llegó tarde al partido, algo que ya se ha convertido en habitual. Apenas tardó cuatro minutos en adelantarse el Atlético debido a la caraja defensiva del equipo de Ancelotti. Lino colgó un balón desde la banda izquierda que Morata, tras aprovechar el error en la marca de Alaba, envió a la red ante la mirada de Kepa. Celebraba con rabia el delantero rojiblanco que sacaba de dentro toda la impotencia vivida en anteriores derbis.

El gol dibujaba un partido en el que el Real Madrid iba a ser el dueño de la pelota, mientras los once jugadores rojiblancos, sin ningún tipo de complejo, se replegaban en su campo para tapar huecos e intentar salir rápido cuando se presentase la oportunidad. Y se presentó. El Atlético iba a marcar el segundo de una forma casi calcada al primero. De nuevo internada de Lino por la banda izquierda del ataque local donde Saúl buscaba un centro lateral que Griezmann, libre de marca, remataba de cabeza a la red. La falta de intensidad defensiva madridista permitía que el Metropolitano se viniera arriba cuando el francés se besaba el escudo en la celebración.

El Madrid no encontraba la forma de reaccionar. El primer disparo llegaba pasados los 20 minutos desde las botas de un Modric que junto a Kroos se habían colado en el once inicial mandando a Tchouaméni y a Joselu al banquillo en una decisión de Ancelotti que, visto lo visto, pareció no ser muy acertada. Quitar el despliegue físico del francés en el centro del campo pasó factura a un equipo que a punto estuvo de encajar el tercero pasada la media hora si no fuese porque Kepa sacó el guante para detener un duro remate de Saúl desde dentro del área. Sufrían los blancos con cada ataque del Atlético por cualquiera de los dos costados.

Si alguien pensaba que el Real Madrid iba a bajar los brazos y dejarse llevar estaba totalmente equivocado. Porque este equipo tiene muchas vidas y se iba a reenganchar al partido con un golazo de Kroos en el 34'. El alemán recibió un balón en la frontal, recortó con la izquierda y sacó un disparo seco y ajustado al palo con la derecha ante el que nada pudo hacer Oblak pese a la estirada. El partido iba a cambiar con el tanto. Los visitantes metían una marcha más y los locales miraban el reloj deseando que llegase pronto el descanso.

Y justo antes de llegar al minuto 45 llegó el gol que valía el empate. Pero anulado... y con polémica en una decisión muy discutida por parte de un Alberola Rojas que se convertía en protagonista. Un centro de Bellingham encontraba el remate de Alaba en el segundo palo, que se topaba con el poste. Camavinga recogía el rechace y lo mandaba a la red. Sin embargo, el juez de línea levantaba la bandera señalando fuera de juego de un Rüdiger que no tocaba el balón en ningún momento. La interpretación era la de que intervenía en la jugada. La repetición, y por tanto la imagen del VAR, confirmaban que estaba en posición adelantada, pero eran claras a la hora de ver que el alemán estuvo muy lejos de jugar la pelota mientras era agarrado por los defensores rojiblancos. El enfado de los madridistas era mayúsculo.

La segunda mitad iba a empezar exactamente igual que la primera, con algo que ya es más que preocupante en el cuadro blanco. La misma jugada del primer y del segundo tanto se repetía en el primer minuto de juego. Ya lo saben: centro desde la izquierda y remate libre de marca de un jugador colchonero desde dentro del área. Volvía a ser Morata que firmaba un doblete. Ancelotti, que había movido ficha en el descanso dando entrada a Joselu por Modric, se desesperaba en el banquillo.

Fruto de ello se veía obligado al mirar a los suplentes para intentar cambiar algo y apostaba por un triple cambio que no parecía muy ilusionante de cara al seguidor madridista: Mendy, Nacho y Tchouaméni al césped, Fran García, Lucas Vázquez y Camavinga al banquillo.

La inercia del partido llevaba al Atlético a meterse atrás para guardar el resultado y al Real Madrid a dar un paso al frente para intentar bombardear la portería de un Oblak que apenas sufría más allá de dos disparos lejanos de Tchouaméni y Rüdiger que no encontraron portería. Los de Simeone, eufórico alentando a la grada, supieron llevar el partido a su terreno para maniatar a un rival que ni siquiera pudo soñar con una de sus clásicas remontadas y que se deja el liderato en el Metropolitano.

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