Julio Delgado, el coleccionista salmantino de títulos

Julio Delgado (Salamanca, 1969) es el entrenador del Pescados Rubén Burela, el equipo femenino de fútbol sala que lo ha vuelto a ganar todo esta temporada con él en el banquillo. Liga, Copa y Supercopa (además de la Copa de Galicia) han sido los títulos que han añadido a sus vitrinas, demostrando que son el mejor equipo de España. Y el salmantino, aunque lleva más de media vida afincado en Galicia, convierte en oro casi todo lo que toca. Después de seis años de éxito en el club, con 12 trofeos, se tomó un descanso que no duró mucho: después de unos meses regresó al Burela en abril de 2022 para conquistar una nueva Copa de la Reina que fue el preámbulo de esta gran campaña, aunque él ya está pensando en cómo seguir ganando la próxima.

«No se puede ganar más. Hemos salido victoriosos en todas las competiciones y eso es muy difícil. Son muchos años y el equipo no se cansa de competir y ganar. Una cosa es llegar a las finales y otra ganarlas, pero lo cierto es que nos ha salido un año redondo. Aquí no nos cansamos de ganar, vivimos en un sueño continuo y tratamos de alargarlo a pesar de la dificultad. Sabemos que no vamos a poder mejorar los tres títulos, pero tendremos la ilusión de ganarlos», afirmaba tras unos días de respiro.

En el municipio lucense de Burela el fútbol sala, especialmente el femenino, es una religión. Y bien lo sabe Julio Delgado, que tras llegar allí como jugador después se pasó a los banquillos y fue reconocido como 'mejor entrenador del mundo' en los Premios Futsal Planet. «Vivir aquí el fútbol sala es una maravilla, no hay palabras. Si no es fácil explicar lo de los títulos, lo del apoyo de la gente sí que es inexplicable. En casa vienen a vernos 1.200 personas y a la final de Madrid nos vinieron a ver 60-70 personas metiéndose 800 kilómetros. Con ese plus que nos dan todo es más fácil».

El salmantino cree que hay que dar el merecido valor a lo que consiguen: «Hemos generado un ambiente de competitividad extraordinario y hemos dado con la tecla de llegar a las finales y ganarlas y eso va haciendo mella en los rivales. Nosotros lo sufríamos antes y ahora tenemos ese puntito más que el resto, pero que nadie piense que ha sido llegar y besar el santo. Quizá no se le da el valor que tiene en cinco o seis temporadas ganar el 80% de los títulos. Tienen que darse muchas cosas, entre ellas la suerte y el trabajo».

Él mantiene la ilusión y ya está empezando en cómo seguir levantando trofeos: «Al final haces lo que te gusta. Ahora estoy saboreando el triunfo. No voy a decir que toda mi vida he sido un perdedor, pero primero jugué, después pasé a entrenar y nunca había tenido tantos éxitos. Me encantan el fútbol sala y la docencia y las jugadoras me transmiten que quieren aprender y jugar y esa ilusión es fundamental. Ahora, tras unos días para desconectar, ya estoy pensando en lo que viene, tengo muchísima ilusión con los fichajes, y será un reto importante».

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