Unionistas pierde los papeles en su estreno en Cataluña (3-0)

La división en dos mitades inexactas a la que la RFEF somete cada temporada al mapa de España para distribuir la Primera Federación traía como gran novedad para Unionistas su desembarco en los campos de juego de Cataluña. Y, visto lo visto, la maniobra de atraque no pudo resultar más terrorífica. El conjunto de Ponz pagó la novatada a base de bien; con la segunda derrota de la temporada.

El caso es que Unionistas arrancó subido todavía en la moto del triunfo in extremis de un sábado antes; y, así, en un parpadeo Slavy tuvo en sus botas su tercer tanto del curso y la oportunidad más clara de todo el primer tiempo para poner en ventaja al equipo blanquinegro. Jon Rojo, en su vuelta a la titularidad, había ganado la línea de fondo de manera estupenda para servir un centro al corazón del área, que la defensa de la UE Cornellá no acertó ya no a despejar, sino a leer de manera correcta.

En medio de esa incertidumbre (¿cuestión de adaptación al campo en el que este curso jugará como local?), al ariete búlgaro se le abrió el camino del gol. Sin embargo, no acertó a controlar y eso lastró la resolución de la jugada; ya no pudo acomodar el cuerpo bien y, finalmente, el remate salió mordido por encima del travesaño de Yari. «¡Bah!», con la «a» muy alargada, se le escapó al centenar de aficionados desplazados a Palamós. Todos se llevaron las manos a la cabeza; como lamentando antes de tiempo que de esa se iban a acordar...

26 minutos después la premonición se hacía cierta. La UE Cornellá, que hasta entonces había contraído muy pocos méritos, se encontró con una falta ideal para Canario: Giménez había derribado a Clau Mendes sobre el ángulo de 90 grados que delimita el área de meta. Ahí mismo aposentó el balón el jugador del Cornellá; y desde ahí mismo superó de manera limpia a un Iván Martínez que, visto por donde se coló el balón —media altura, sin ajuste al palo, sin excesiva potencia...—, ciertamente pudo haber hecho más.

A partir de ahí, a Unionistas se le nubló la vista en lo que restaba de primer tiempo. Hasta el punto de llegar a perder los papeles en Cataluña, pues las revoluciones a las que jugaba y vivía cada acción se le acabaron yendo de mano al equipo de Ponz, que se enredó en protestas y broncas con el colegiado.

El paso por vestuarios no sé si rebajó o no las pulsaciones de Unionistas; pues la grada seguía levantada en armas contra el colegiado. Tanto, como para contar los segundos que Yari tenía retenido entre sus manos los balones que su equipo antes había sido capaz de llevar a su área. En medio de la marejada levantada desde la tribuna principal del Municipal, el conjunto de Ponz tuvo ocasiones para empatar; pero este curso hay una ley exacta que dice que, si en un choque suma muchas ocasiones, no marca. Y esta vez no iba a ser menos. Ni los chutazos de Manu Ramírez ni Rastrojo encontraron puerta; sí que lo hizo el centro chut de Álvaro Gómez ya en la recta final del choque, sin embargo, el balón que se paseó por delante de la maraña de piernas se acabó estrellando contra el poster. Para entonces Unionistas ya jugaba con uno menos tras la expulsión de Erik Ruiz tras intervenir en una acción en la que ni le iba ni le venía... Y hasta ahí, pues la recta final del choque solo tuvo un nombre propio: Clau Mendes, que con un doblete acabó por finiquitar un encuentro para el olvido.

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