La ecuación Urritxe, Luaces, Unionistas que tan bien le funcionó al conjunto blanquinegro hace ahora cinco años menos doce días en la extinta Segunda B; no resultó en Primera Federación. Y, al contrario, más que despejar equis lo que ha hecho el feudo vizcaíno, de tan buen recuerdo, es acrecentar las dudas (a domicilio) del conjunto de Llácer, que sigue sin dar con la tecla por mucho que una y otra vez se ponga por delante en el marcador y haga muchas cosas para ganar. El caso es que por quinta jornada seguida lejos del Reina Sofía fue incapaz de sumar los tres puntos. Esta vez se esfumó en el tiempo añadido tras un final de partido de locura.
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La primera parte distó un mundo de ese nuevo final cruel para Unionistas. El choque, en su primer periodo, estuvo completamente mimetizada con la capota gris del cielo. El único chispazo de luz que tuvieron estos primeros 45 minutos de partido llevó la firma de Pau Martínez nada más arrancar el encuentro. No se había sentado el personal en su localidad cuando el jugador de Blanes adelantó por la derecha a Amebilia y Enol Coto leyendo perfectamente la chapuza de salida del área que estaba firmando el meta local, Gaizka, que trató de alejar un balón bombeado a la corona de su área con la cabeza; pero la decisión no pudo ser más dramática para los intereses del conjunto de Julen Guerrero, pues su testarazo cayó a plomo sobre los pies de Pau Martínez, que no se lo pensó, le pego sin solución de continuidad a la portería desprotegida, adelantando a Unionistas en el marcador cuando nadie lo esperaba.
El gol le cambió la cara al partido. El choque se convirtió (supongo que no estaba planteado así) en un monólogo estéril de la SD Amorebieta, que nunca encontró vías por las que hacerle daño al conjunto de Dani Llácer. Tan sólo Hervías con potentes disparos fuera del área inquietó algo la meta de Iván Martínez, aunque sin llegar de verdad a hacer daño. Unionistas, por su parte, que tantas veces esta Liga había visto como se le esfumaban las ventajas en el marcador decidió acorazar el área con una defensa como todavía no había mostrado hasta la fecha; aunque el precio fue perder esa seña de identidad adquirida en los 8 primeros encuentros de equipo chispeante en sus planteamientos de partido.
Ese parecía el pero, sin embargo, fue la condena del conjunto de Llácer, que había apretó las clavijas desajustadas en ataque para que Unionistas se lanzara ahora sí a amarrar su primera victoria a domicilio de verdad. Entrando por banda con gran facilidad. Pudo encontrar así el premio del segundo tanto en un centro exquisito de Álvaro Gómez que Santamaría remató sin darle dirección al esférico nada más arrancar la segunda mitad. Pau Martínez pudo firmar su doblete a renglón seguido con un disparo cruzado que Gaizka atajó en una gran intervención. Llácer olió la sangre y refrescó el equipo con Jonny e Iván Moreno. Sin embargo, fue Álvaro Gómez el que que pareció, como en Ourense, rematar esta faena; pero que nuevamente saltó por los aires en 3 minutos, con los goles de Iñigo Muñoz y Carbonell (apellido ya maldito en Unionistas). La solidez defensiva mostrada hasta entonces se evaporó sin saber ni cómo ni porqué.
Con esa duda, esta vez Unionistas parecía encontrar luz al final de ese túnel tan rápido como había dilapidado la ventaja de dos goles. Iván Moreno irrumpió por la banda derecha como una tuneladora hasta ganar la línea de fondo; ahí le dio a Jonny el pase de la muerte para que resolviera el encuentro a la segunda. Pero esa, por desgracia, no fue la última palabra de un Amorebieta, que se había quedado con diez tras encajar el tercer tanto, que volvió a igualar el choque a falta de 120 segundos con un tanto en propia después de una falta impropia de Iván Moreno en la frontal del área. Y así, Unionistas suma 11 puntos y cinco jornadas ya sin ganar.
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