Unionistas abre el año a lo grande: tumba al Barça B en el Johan Cruyff (0-2)

Pero, sobre todo lo dicho, porque nada que Ponz tenía en la cabeza cómo iba a ser el encuentro. «Se nos dan bien este tipo de rivales», se aventuró a decir en la previa a pecho descubierto. Y a ver quién le dice ahora que no. El reto en la Liga, queda claro, que es ser capaces de ganar a los otros rivales que no se le da bien, que son los de la parte baja de la tabla. Qué cosas tiene el fútbol, de verdad.

El caso es que el encuentro era sota, caballo y rey. Estar muy juntos en defensa, tejiendo una tela de araña que fuera capaz de diluir el enorme talento que tienen los compañeros de camada de los Gavi, Yamal y compañía —por cierto, a qué ritmo juegan Alarcón y Aleix Garrido...—; y, después, aprovechar la ocasión que se tuviera.

Dicho y hecho. En once minutos quedó todo lo de la pizarra retratado sobre el terreno de juego. El conjunto de Rafa Márquez tiró diagonales y trenzo pases como un descosido en busca de la meta de Cacharrón. Y pareció cercarla con un disparo un tanto blandito y raso de Cuéllar tras una enorme combinación azulgrana. Tras sufrir otros dos ataques, ya sin remate a portería, Unionistas se estiró por la banda derecha de la mano de Carlos Giménez y halló de la nada el premio de un córner. Tenía que ser esa por si no llegaba otra. Planas empujaba al equipo a rematar juntando las palmas de las manos, como una aleta de tiburón. El mensaje era que Losada aclarara como si esto fuera baloncesto, y que Slavy, ya solo, fusilara a Marc Vidal. Y eso fue lo que pasó: el cañonazo diestro del pichichi búlgaro fue imparable.

Hecho el gol Unionistas volvió a defender su portería con uñas y dientes. Ahora con más ahínco, porque el botín era superior. Y esperó y esperó una segunda oportunidad para sentenciar el encuentro. Tuvo dos tibias antes de que concluyeran los primeros 45 minutos, una a la salida de un nuevo córner, en la que Planas mandó hacer lo mismo, pero ahora a la defensa del filial azulgrana ya no le pilló con el pie cambiado; y otra, más clara, también nacida a balón parado. Pero en falta. Losada cabeceó con toda la intención cruzado; pero Slavy fue el que llevó el verdadero peligro tirándose en plancha queriendo sorprender a un Marc Vidal que esperaba tranquilo embolsarse el balón.

Más clara que ninguna fue la que tuvo Slavy a los doce minutos de la reanudación. La conta blanquinegra fue de libro. Y el remate también lo parecida. Sin embargo, el zapatazo se le marchó por encima del travesaño. Dos minutos antes el Barcelona Atlètic había tenido las tablas en otra triangulación primorosa que desbarató Erik Ruiz con el pecho dentro del área pequeña. A partir de ahí Rafa Márquez y Dani Ponz volvieron a medir sus fuerzas en los cambios. Por segunda vez, el técnico valenciano le ganó la partida al azteca. Incluido el debut del canterano Pablo López; pues el canterano fue el encargado de llevar el balón de la tranquilidad al área de Marc Vidal, de abrir con un punterazo a la banda izquierda para que Ekaitz pusiera un centro perfecto que Álvaro Gómez mandó inapelable al fondo de la red para sentenciar el choque, coger aire en la tabla y energía para afrontar el histórico choque de este mismo domingo en el Reina Sofía frente al Villarreal en la Copa del Rey.