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Héctor Nespral (Oviedo, 1993) arranca la cuenta atrás. Este martes, por los partes meteorológicos de la Aemet, pudo ser la última vez en la que se ajustara una braga al cuello para entrenar. Faltaban cinco minutos para las 10, que era cuando Ponz había citado a la plantilla para hacer sesión de vídeo. Había pasado más de una hora desde que abrió la puerta del vestuario, donde fue el primero entrenar. «Desde que me he despertado está siendo todo raro, atípico, pero muchas ganas de disfrutar», fue lo primero que acertó en decir en su último martes como jugador del fútbol en activo. El sábado, ante el Arenteiro gallego, se acabó, no habrá más masterclass de Nespral ni en Unionistas ni en ningún sitio: «El partido me lo imagino emocionante, porque va a venir mucha gente a la que quiero, porque la afición me ha demostrado estas cuatro temporadas el cariño que me tiene... Además, nos jugamos la Copa», afirma.
La despedida ideal para Nespral pasa por jugar los 90 minutos: «Quiero que el pitido final me llegue en el campo. Pero no es algo que dependa de mí», asegura antes de explicarse por qué un jugador de tan solo 31 años, cuando ahora la moda es hacerlo ya bien entrenados en la cuarentena, toma la decisión de colgar las botas: «No es una decisión tomada la torera, es reflexionada a lo largo del tiempo con mi pareja, con mi familia y con mis amigos asturianos que también fueron futbolistas. No hay un día en concreto en el que dijera hasta aquí, a principio de temporada tampoco sabía que iba a ser la última». Entonces, ¿qué pasó para que se le despertara la idea de dejarlo? «Esta ha sido una temporada en la que considero que el club se ha estabilizado y necesita renovarse. A nivel personal es la que menos presencia he tenido en el campo y eso sí que me ayudó a dar el paso a buscarme otro futuro; no soy solo un jugador de fútbol, tengo otras inquietudes y mucha formación en otras materias», señala el asturiano que en ese adiós no se le pasó por la cabeza hacerlo en el fútbol de su casa en otra categoría inferior: «Despedirse no creo que entienda de geografía, si fuera así este entiendo que también tenía que ser el sitio porque entiendo Unionistas y Salamanca como mi casa; por físico o edad tampoco he tomado la decisión; de hecho, echando la vista atrás estoy esta temporada mejor que en mi primer año en el que, recuerdo, vine con un cruzado roto. Por ritmo también seguiría».
Nespral, que está en el cuadro de honor de Unionistas tanto en números globales (fue el segundo jugador en superar los cien partidos con la camiseta blanquinegra) como en la Primera Federación, tiene ya pensados cuáles son su mejor y su peor momento en este club: «El mejor, sin duda, la victoria contra el Deportivo de La Coruña (con Mori en el banquillo) el primer año de la nueva categoría, que nos sirvió para ponernos líderes y en el que desplegamos un gran fútbol; el peor, la derrota en los anexos en Zorrilla frente al Valladolid Promesas que nos dejó sin playoff». Esa, precisamente, es su espina clavada: «He conseguido aquí muchas cosas, pero esa no. Eso es algo que tendrá que asumir otro. Yo estoy muy contento con mi carrera aquí, especialmente con las dos primeras temporadas».
Aunque Nespral deja el fútbol, el fútbol no deja a Nespral irse del todo: su siguiente parada serán los banquillos. «No sé cuándo ni dónde, pero esa carrera empezará», dice después de haber expuesto públicamente que le gustaría que hubiera sido en Unionistas el próximo curso ya. «Entrenar, el día a día, es algo que me gusta muchísimo, he sido entrenador en el campo, como capitán he hecho labores de gestión de vestuario, especialmente este curso, con un equipo tan joven...», afirma respaldando esa idea, antes de marcar a qué entrenador de los que ha tenido le gustaría parecerse: «A Hernán, el tiempo me ha dado la razón, de aquí pasó por el Real Madrid y la selección. Aquí trabajó de una manera excelente, conjugó su idea clara de fútbol con una gran plantilla».
Una última duda, ¿qué hará con las botas a partir del sábado? «Las guardaré; y cuando las eche de menos jugaré con mis amigos».
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