Sobreimpreso «minuto 23» en el vídeo marcador del Fondo Oeste del Reina Sofía, la afición de la SD Ponferradina se sacó de la manga dos pancartas: «Unión» y «Sólo hubo una». Fondo blanco, letras azules. El himno cantado a capela sufrió una fisión nuclear cuando ... los casi tres mil seguidores locales se percataron del guiño de los aficionados bercianos, que devolvían cinco años después aquél cántico de «¡Bierzo, Bierzo!» nada más cerrarse en Las Pistas el primer choque entre ambos Pistas (esta tercera categoría aún se llamaba Segunda B).
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El estadio rugió de veras. Como nunca en lo que llevamos de temporadas. Tanto, como para que los decibelios noquearan el encuentro, que se vio obligado a hacer un stand by en su desarrolló. Se jugaba pero como si no. Cuando el bombo cerró el homenaje de todos los partidos a la UDS, el encuentro se encendió de verdad. El remate cruzado de Sibille para el equipo de Íñigo Vélez cuando no se había alcanzado los 8 minutos de juego, a la salida de un córner cedido tontamente por el equipo de Ponz, se quedó en ocasión menor al lado de lo que vendría después.
Todo el juego se volcó sobre el fondo local, que era donde el cielo se dibujaba en llamas por el ocaso. La curtida defensa berciana se derritió, por todo. Y las pasó canutas. Un resbalón importuno de Leal le pudo costar carísimo a su equipo; a Planas el error le pilló frío. Sino es inexplicable. Le costó un mundo acomodarse el balón y entre medias le enseñó todas las cartas a Prieto, que voló segurísimo a la escuadra para detener la volea con la que acabó rematando la acción el extremo catalán.
Otra igual de clara que esa había tenido Losada cinco minutos antes del punto de break del choque, cuando aún la luz natural iluminaba el terreno de juego. La gente pasó del «ohh» al «uyy» en un suspiro. Del sabrosísimo taconazo de Alfred en la corona del área, al remate al muñeco del ariete madrileño. «Bah», fue la última onomatopeya que le salió del alma a la gente.
La trilogía de ocasiones de Unionistas en la primera mitad se completó con una acción a la espalda de Javier Lancho que Rastrojo se quedó a medio camino de culminar. Al extremeño los empujones que le fue metiendo el lateral de la SD Ponferfadina lo dejaron sin ideas. Con la posición ganada pudo haberle sacado mucho más jugo (incluido el penalti) a una acción que se desaguó con un remate cruzadísimo sobre la meta de Prieto.
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Muy parecida fue la primera de la primera mitad para Unionistas; aunque en esta ocasión Rastrojo tuvo que trabajarse mucho el remate. Dos fintas, una bicicleta... El disparo se marchó llorando por la línea de fondo.
Unionistas tuvo un disparo lejano de Teijeria y poco más antes de que Ponz se inventara de la nada el segundo punto de giro con sus cambios. Jon Rojo de lateral derecho sorprendió a todo el mundo, incluido al propio jugador vasco. El equipo de Íñigo Vélez olió sangre. Y eso es mucho decir, porque el conjunto de Vélez juega como nadie con los dudas de los rivales. Para empezar presionó como no lo había hecho en todo el partido la salida del balón, sin que en ninguna sola ocasión el equipo de Ponz fuera capaz de salir de la cueva. Después, llegó la ocasión, y no perdonó. ¿A balón parado? Pues por ahí. Losada emergió de la nada en el área pequeña, superó de un remate limpio a Cacharrón y, tras 15 minutos de reloj, acabó con la imbatibilidad de Ponz en el Reina Sofía.
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