Iván Martínez, portero de Unionistas: «No somos máquinas: tuve altibajos, cambios de humor...»

A Davo, jugador del Deportivo de La Coruña, el nombre de Iván Martínez (Ágreda, 22 años) va a tardar tiempo en que se lo olvide; por la mano izquierda que le sacó en la recta final del choque a quemarropa y de la nada. «Es de las que me acordaré por mucho que pase el tiempo», es frase del portero soriano. Esa intervención —como todo el encuentro— a Ponz y a Raúl Turiño les reafirma en su teoría de que alternar en la portería le iba a dar réditos al equipo.

¿Es la mejor parada de su carrera?

—Es un parada de reflejos porque el balón me hace un extraño. Yo lo que intenté es aguantar al máximo con el fin de mantener con vida al equipo hasta el último segundo. Estábamos un poco volcados y eso a ellos les venía muy bien, yo me dije que sea lo que dios quiera. Y le gané la acción.

Pero ha dicho que la recordará.

—Sí, sí. Es de las que no me voy a olvidar.

Decía que quería mantener al equipo con vida, pero sin rematar a portería fue imposible. ¿Qué sensación les dejó el choque en Riazor?

—Encontradas, por eso que comentas. Teníamos mucha ilusión de poder sacar algo positivo de Riazor. Perder en ese campo entra dentro de lo que podría pasar, pero teníamos claro cuál era nuestro partido. Nos encontramos con un equipo que viene haciendo las cosas muy bien y creo, se vio, que dimos la cara. Por eso si tengo que decirme por una sensación me quedo con un punto de orgullo.

Usted, que fue el portero de la Copa. ¿Cuánto impresiona jugar ante casi 27.000 personas en comparación con tener en frente al Villarreal o al Barça? El entrenador decía que el ambiente os podía haber sobrepasado.

—Es un factor que puede influir a nivel anímico. Perdón por responder un tópico, pero es que es así: una afición entregada y numerosa es el jugador número 12. Yo tengo que decir que, a mí, personalmente, no me afectó. Y creo que, a nadie, porque con todo ese empuje conseguimos frenarles y defender el área muy bien. Pero fíjate como son las cosas que en la ocasión menos clara que tuvieron nos meten el gol.

Le nombraba a los dos rivales de Primera con los que se ha visto las caras en la Copa. ¿El Dépor le resultó más difícil que ellos?

—A nivel personal y grupal tuvimos una apreciación buenísima de lo que es el Dépor. Sale a arrollar contra todos, no solo contra nosotros. Están en un momento dulce y se ven que por fin pueden volver a categorías donde merecen estar por historia.

Una última de la Copa, como usted la vivió en primera persona, ¿cuánto de importante es acabar la temporada en esos puestos?

—El objetivo alfa es sacar esos tres o cuatro puntos que certifiquen la salvación. A partir de ahí, está claro que la Copa es algo muy importante en Unionistas. Solo hay que ver lo que nos ha dado a nivel institucional, deportivo y social. El vestuario va a por ello clarísimamente.

Vuelva a ponerse justo en el momento en que le saca el remate a bocajarro a Davo. ¿Le ha merecido la pena todo el tiempo que ha pasado en el banquillo?

—Son periodos distintos. Una cosa no compensa a la otra, sino que son complementarias. A vero, yo me he visto en momentos anímicos difíciles porque ves pasar el tiempo, ves que tu compañero está bien y se te pasan un montón de cosas por la cabeza. Lo bueno es que nunca perdí la esperanza, he dado guerra, he trabajado muchísimo y cuando me ha llegado el momento de hacer lo que nos gusta, que es jugar, he respondido como debía. Estoy contento con ello.

Usted sabía que la temporada iba a ser así. El club fue claro en este sentido.

—Sí, sí. Al final cuando se nos presenta la oportunidad se nos dice que va a ser una portería competida; los dos lo sabíamos que la clave era dar el máximo y no dejarse ganar, porque si no ya estaba todo dicho. Es una situación complicada, pero estoy seguro que muchos porteros la querrían. Yo mismo el año pasado, que estuve en una situación bastante peor, fíjate en los minutos que llevo jugados, creo que no me puedo quejar. Hasta, fíjate, creo que ha sido una gestión bastante acertada porque ha favorecido al equipo. Nos hemos retroalimentado.

¿Cómo llevaba que durante semanas escuchara que el nivel defensivo también era gracias a usted sin tener un solo minuto de juego?

—Pues, a ver cómo lo explico: se me han pasado muchas cosas por la cabeza. Cada portero es diferente y esta situación también lo es, así que la gente se puede hacer una ida de que he tenido altibajos, cambios de humor... No somos máquinas. Es una situación complicada. El jugador tiene que ser egoísta y cuando ves que el tiempo pasa es la peor de las situaciones. Ahí necesitas la ayuda de los demás, necesitas interiorizar situaciones para no perderle la cara a la temporada. Si no hubiese tenido esperanza no le hubiera hecho ningún favor a equipo ni a mi compañero, tener alguien que te aprieta las tuercas es bueno para todos. En conjunto está siendo un año muy gratificante, aunque todavía queda mucho.

Siete jornadas, 21 puntos. ¿Va a ser Iván Martínez el portero titular de Unionistas de aquí a final de temporada?

—No doy nada por hecho. El fútbol es semana a semana.

¿Aguantaría otra temporada así? Y sea como sea, ¿será en Unionistas?

—Rubén Andrés comentó que el primer objetivo es tener los puntos y luego ya daría pasos de cara a la temporada que viene. Si te soy sincero no ha habido contactos en este sentido. Ni los quiero, de momento, dar por cerrada ya esta temporada sería algo equivocado. El verano es largo y yo, y ya te digo que también mis compañeros, estamos tranquilos en este sentido

La última, ¿existe un rumor —así lo ha calificado Unionistas—_que colca a Dani Ponz ya mismo en el Mirandés. ¿Qué le parece? ¿No ve al entrenador acabando la temporada con ustedes?

—No se ha comentado nada en el vestuario en este sentido. Pero, si te soy sincero, no me sorprende que le miren desde Segunda División. Estamos haciendo un trabajo magnífico. Lo hicimos en la Copa y en la Liga nuestra posición es privilegiada. Espero que no sea el caso y terminemos la temporada todos juntos cumpliendo los objetivos.

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