Carlos García habla tras la expulsión en Irún: «Son días difíciles. Te vas molesto porque tienes ganas de demostrar y ganar esa continuidad»

Cumplido minuto 33 de partido, Unionistas lideraba el marcador frente al Real Unión de Irún, sin embargo, en ese instante, sufría un duro revés sobre el verde del Stadium Gal al afrontar el resto de la contienda en inferioridad numérica. El zaguero Carlos García veía la segunda cartulina amarilla del encuentro después de una rigurosa primera entrada que acarreó la primera cartulina, y 22 minutos después, un agarrón siendo el último hombre dejaba a los salmantinos con diez sobre el tapete. Además, en un momento donde el jugador de 24 años continúa intentando abrirse paso en los esquemas de Dani Llácer.

Antes de hablar del fatídico partido ante el Real Unión de Irún, ¿cómo se encuentra el equipo, y también, Carlos García?

—Dolidos, la verdad. Fastidiado porque ya no solo por el equipo y por la forma en que caemos, sino por cómo se da todo por mi expulsión.

Tras la vuelta al trabajo, ¿sigue dándole vueltas a la expulsión?

—Al final lo que estoy buscando, y uno siempre busca, es tener continuidad, y no la estoy consiguiendo, así que nada, estos días difíciles. Estos días uno está molesto, pero bueno el fútbol es eso, como equipo, y a nivel individual ya no debo pensar en el partido de Irún y centrarme en Ourense para sacar los tres puntos y ayudar a los compañeros durante la semana.

Esa continuidad de la que habla. Al final disputa los 90 minutos frente a la Ponferradina, y en el siguiente fin de semana se encuentra con dicho revés.

—Pues sí, te vas muy fastidiado. Tengo ganas de demostrar en el campo que puedo contar con más minutos y tener esa continuidad que te comento. Una amarilla bastante temprana me condiciona bastante y ya la segunda, la expulsión, me deja bastante mal anímicamente.

¿Ha vuelto a ver el partido del pasado domingo o, las acciones que acarrearon su expulsión?

—Sí. En mi opinión, la primera, bueno, se lo comento al árbitro también, es demasiado riguroso. Y sí que la segunda tarjeta, a la que veo que se va solo hacia la portería, lo agarro y cuando escucho el silbato ya sabía que iba por mí y que me iba a expulsar. Son acciones en las que uno debe decidir rápido, y hay días que salen mal y, como esta vez, te vas y estás fastidiado los siguientes días.

En ese aspecto, este equipo siempre se ha identificado como una familia. Este tipo de días imagino que más.

—Cuando dejas con diez a tu equipo, todos sabemos que el que va a estar peor es el propio jugador. Cuerpo técnico y compañeros me apoyaron. Como ya pasó con Mikel hace unas semanas, que estuvo igual de jorobado, todos nos arropamos y estamos unidos para pasar página.

A sus 24 años, habla con una veteranía de este tipo de acciones, y les otorga esa 'naturalidad' sin pasar por el alto el error.

—Es fútbol. Son detalles que hay que controlar, que mejorar y yo voy a seguir trabajando hasta que el míster me vuelva a poner para volver a intentar hacerlo lo mejor posible, y seguiré peleando para hacerme ese hueco en el once y asentarme. No hay que hundirse.

Como dice, no hay que venirse abajo porque este viernes tienen una nueva cita, aunque le tocará vivirla de otra manera.

—Exacto, no hay que bajar los brazos. El equipo está motivado, y cuando pierdes tienes ganas de jugar cuanto antes para quitarte ese mal sabor de boca, y esa oportunidad la tenemos este viernes. Es lo bueno del fútbol es que cada fin de semana tenemos otra ocasión para demostrar que somos un buen equipo y que estamos trabajando bien. Ahora, contra el Ourense tenemos este viernes otra oportunidad en el Reina Sofía de sacar los tres puntos y ponernos con 33 puntos en la clasificación.

- «Ya pasó con Mikel hace unas semanas, que estuvo igual de jorobado, todos nos arropamos y estamos unidos».

- «Es fútbol. Son detalles que hay que controlar, que mejorar y seguiré trabajando para ganarme un hueco en el once».

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