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El documento que regula la nueva Tercera Federación, que contará con 18 equipos por cada uno de los grupos, lo que alargará el camino en la pelea por un hipotético ascenso a Segunda Federación, incluye una novedad sustancial: la incorporación a las bases de competición de medidas de información, supervisión y control económico-financiero, medida anunciada por Luis Rubiales para la Primera Federación y que finalmente, parece, se extiende por todo el fútbol de categoría nacional.
Los plazos fijados por la RFEF para el control económico son los siguientes: antes del 30 de septiembre (donde los clubes, entre ellos el Salamanca UDS, tiene que presentar una previsión de cierre de cuentas y balance del curso anterior), antes del 31 de diciembre (cierre definitivo de la cuenta y el balance de la temporada anterior y certificado de estar al corriente con Hacienda), antes del 30 de marzo (cuenta de explotación del primer semestre de la temporada en juego, periodo 1 a 31 de julio, y balance del club cerrado a 31 de diciembre) y, por último, este con carácter mensual o trimestral, según corresponda: documentación que acredite el pago de las mensualidades con todos los jugadores y el cuerpo técnico, y en su caso los aplazamientos solicitados o concedidos.
El incumplimiento en la facilitación de la información en las fechas fijadas implicará la imposibilidad de recibir las ayudas económicas de la RFEF o la RFCyLF de las que fuere beneficiario hasta que cumpla y, además, la imposibilidad de ascender de categoría, aunque por méritos deportivos tuviera derecho a hacerlo, si hubiere acumulado 4 incumplimientos (se considera incumplimiento la no entrega en plazo de cualquiera de los documentos o información fijados en la lista anterior).
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