Tensión a la puerta de los vestuarios del Helmántico

La imagen ofrecida por el equipo, que hizo que a lo largo de los primeros 62 minutos, la grada la tomara con Rafa Dueñas y el presidente, Manuel Lovato, presente en el palco por primera vez desde el ascenso, fue la primera chispa que encendió el ánimo de los seguidores, que creció después de que Martín Galván se dirigiera a la grada con un gesto de mandarles callar cuando marcó el tanto del Salamanca UDS. Parte de los presentes en el Helmántico abandonaron su localidad y muchos de ellos se dirigieron a la puerta de vestuarios para esperar a los jugadores, especialmente al delantero mexicano.

Con el pitido final, la mayor parte de la plantilla se dirigió a los pocos seguidores que quedaban en el Fondo Sur para pedirles perdón y, después, el capitán, Antonio Amaro, dio la cara: “No sé cómo expresarlo. Estoy muy decepcionado por cómo ha transcurrido el partido y, sobre todo, con la segunda parte".

"Tenemos que resetear para volver cuanto antes a trabajar pensando en sacar los tres puntos ante el Llanera. Ha fallado la actitud. Un resultado así es un cumulo de todo. Me siento muy mal, muy decepcionado... Nunca he encajado tantos goles aquí y siento vergüenza", añadía.

Después, llegó el turno de aguantar el enfado de los aficionados a la salida del campo y, Amaro, junto al resto de pesos pesados del vestuario, aguantó estoicamente las críticas, además de ‘proteger’ junto al resto de compañeros a un Martín Galván que tampoco ‘huyó’ y escuchó los insultos y reproches de la afición tras su desafortunado gesto. Los aficionados le reclamaron que, al menos, pidiera perdón.

Afortunadamente, y a pesar de la presencia de los miembros de la seguridad contratada por el club por si acaso, la cosa no pasó a mayores y los componentes del equipo blanquinegro pudieron marcharse del Helmántico sin que se produjeran otros incidentes.

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