El Salamanca UDS merece más que un punto ante el Numancia (1-1)

A Chiapas, que tantas cosas se le ponen en duda, no se le puede negar al menos que conoce el club «al dedillo». «Cuando más difícil parece, mejor se nos ha dado de siempre», dijo en la previa en medio de un mar de dudas en cuanto al rendimiento de su equipo en el Helmántico. Y bingo. El Salamanca UDS se quitó la losa que hasta ahora arrastraba en el Helmántico, donde había caído con estrépito en sus dos comparecencias anteriores, a lo grande pese al empate (1-1) final. Los blanquinegros firmaron su mejor partido del año ante al hasta ahora líder intratable Numancia, que dijo muy poco en el choque de este domingo. Y fue así porque el equipo local dijo muchas cosas y muy bien dichas.

Las excusas que en los otros partidos había tenido el conjunto blanquinegro en este choque no tuvieron cabida: que si el césped, que si el árbitro, que si la lluvia… Ni siquiera Lolo Escobar o Movilla. Que todo el ruido ambiente se quedara esta vez en mute le vino de lujo al Salamanca UDS. Tiene mérito el trabajo de recomposición interno llevado a cabo en tan solo quince días. De ser un equipo descosido se ha pasado a ser un equipo con las ideas tan claras como para dejar en nada al Numancia, que tanto miedo daba, en un mero suspiro. Y eso que el Helmántico tembló nada más arrancar el choque cuando Barrio Salas pitó una faltita lateral. Ay, se escuchó de Fondo Sur a Fondo Norte.

Pero pasó el trago. Y el conjunto de Chiapas como que se liberó y se arremangó de verdad, en busca del primer triunfo en casa de la temporada, que finalmente no acabó llegando. Esta actitud todavía no vista le entró por el ojo a la gente; y eso le vino de vuelta al equipo en forma de las palmas que hasta ahora se le habían negado. En medio de los guiños entre unos y otros, el Salamanca UDS ya sumaba un buen manojo de ocasiones para haber abierto el marcador. Una primera de Juancho en la que Góngora le sacó el gol cuando ya se cantaba; otra a renglón seguido de Alvarito –que fue la más clara del primer tiempo- en la que Kudakovskiy firmó un auténtico paradón, sacando a mano cambiada el balón de la mismita escuadra y dos más de Emaná. Lo peor del primer tiempo fue la lesión de Galván, que había hecho travesuras con el balón buscando constantemente a Juancho. Fue sustituido por Caramelo.

En la segunda parte el Numancia pareció dar un paso adelante y merodeó el área de Eric Ruiz con peligro en remates de Dieste y, sobre todo, de Rementeira, cómo no, a balón parado. Salvada esa papeleta, Juancho dio un golpe de autoridad sobre la mesa en la acción con más talento de todo el encuentro, zafándose de dos defensas del Numancia en la baldosa de la corona diestra del área para después mandar un derechazo con comba que no encontró la escuadra por medio metro. El paso de los minutos más que desesperar al Salamanca UDS lo que hizo fue quitarle fondo físico - resultó sorprendente que el banquillo agotara las tres ventajas con los tres cambios clásicos-, que lo aprovechó el Numancia a lo grande para ponerse por delante en su única jugada de tiralíneas de verdad y un su único remate entre los tres palos de todo el encuentro cuando solo restaban 7 minutos para el final del choque. Sin embargo, no le dio tiempo a poner mueca de circunstancias a nadie en el Helmántico porque el conjunto blanquinegro logró la igualdad en la siguiente jugada, tras un zapatazo de Ares que Kudakovskiy no es capaz de atrapar y que Alvarito mandó a la cesta para, al menos, evitar una nueva derrota en casa. Que en este caso hubiera sido injusta, como lo fue en parte el empate final.

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