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Emaná lucha un balón aéreo en el encuentro de este sábado.
Las paradas de Jon Villanueva no bastan para que el Salamanca UDS puntúe en As Eiroas (2-1)

Las paradas de Jon Villanueva no bastan para que el Salamanca UDS puntúe en As Eiroas (2-1)

Segunda derrota con Dueñas al frente. Los albinegros jugaron una hora con uno menos por la expulsión de Galván. Alvarito hizo el tanto charro y Currás y Kensely, en el tiempo extra, los del Bergantiños

Iván Ramajo

Salamanca

Sábado, 15 de febrero 2025, 20:59

El Bergantios le tiene tomada la medida al Salamanca UDS. Le da igual cómo esté en la tabla, cuántos choques lleve sin ganar (siete hasta este sábado) o hasta cuántos partidos lleve sin marcar un solo gol (había encadenado cuatro), el caso es que es vérselas con el conjunto del Helmántico y ganar.

Desde que Dueñas se puso al frente de la nave blanquinegra, el Salamanca UDS había adquirido la costumbre de firmar inicios de partido muy explosivos. Sin embargo, esta máxima este sábado no se dio, encendiendo desde el minuto uno las alarmas. Definitivamente este club es la kryptonita del conjunto del Helmántico.

El Bergantiños, desde muy pronto, se le subió a las barbas al equipo del Helmántico. De hecho, es que no había pitado Alberto Aranda Bujedo y Jon Villanueva ya había tenido que salvar a su equipo de un gol en contra. El meta vasco, que ha recuperado el tono al que tenía acostumbrada a la parroquia albinegra, desvío el peligro momentáneamente a córner. Avisado, el once de Dueñas se apoderó del balón y lo movió en rondas de pases larguísimas, en las que todos los jugadores llegaron a tocar el balón, pero que no tuvieron ninguna eficacia o ningún fin aparente. Le faltaba mordiente al equipo blanquinegro, que cada vez que perdía el balón se mostraba excesivamente incómodo; y no solo por el césped artificial.

Un zurdazo de Galván en la frontal del área a los 13 minutos fue la única aportación ofensiva del equipo de Dueñas en el primer acto. Demasiado poco... A todo esto, el Bergantiños volvió a asomarse a la portería de Villanueva, que ahora se encontró con todos los santos de cara para repeler un remate a bocajarro de Pachón.

Ahí la fortuna pareció vaciarse; pues todo lo que vino en el último cuarto de hora de la primera parte fue negativo para los intereses del Salamanca UDS. Para empezar porque el colegiado alicantino, perteneciente al colegio cántabro, interpretó que una caída de Galván en el área de Canedo no era penalti. El mexicano lo reclamó hasta la saciedad y eso le costó la expulsión. De manera tontísima los albinegros se vieron de repente con diez, con una hora de juego todavía por jugarse.

No había encajado el golpe todavía el conjunto de Dueñas, que andaba enredado ajustando piezas, cuando Currás irrumpió desde las profundidades de su propio campo hasta la frontal el área de Villanueva de manera poderosísima y sorprendente. La pared que enhebró con Tiago fue todavía mejor; y más aún el remate final con su pierna izquierda, la teóricamente menos bueno, con el que batió a Villanueva.

Y pudo ser peor. Pues Tiago tuvo una opción para haber matado el choque en el primer acto, pero el meta vasco sacó otra mano prodigiosa a pasear.

El descanso fue lo mejor que le pasó al conjunto de Dueñas, que dio más que un paso adelante en el arranque del segundo tiempo en busca de igualar la contienda. La entrada al campo de Alvarito por Lorenzo pareció igualar fuerzas entre las dos escuadras. El equipo blanquinegro simplificó su idea de juego, que se vio más directa a partir de entonces. Y eso le funcionó a las mil maravillas. El Bergantiños mostró las grietas que no había exhibido en todo el primer acto y a través de ellas el conjunto blanquinegro se convenció de poder igualar la contienda. Le costó un cuarto de hora largo, hasta que un balón bombeado al área de Souley lo amortiguó con el hombro Emaná, que de primeras asistió a un Alvarito que apareció solo en el área para batir a Caneda.

Con el empate el Salamanca UDS no se conformó, ni tampoco lo hizo el Bergantiños, volviéndose loco el choque. El intercambio de golpes asustó en exceso al conjunto blanquinegro, que se comenzó poco a poco a replegar sobre su propio área. Cavando, sin saberlo entonces, su propia tumba.

Hubo un momento, sin embargo, en el que pareció que puntuar iba a ser posible gracias a las paradas de Jon Villanueva, alguna de ellas inverosímiles, o otra acción salvadora de Rubén Cantero en la misma línea de gol. Sin embargo, fue nadar para morir en la orilla, pues el debutante Kensely en su primer testarazo a puerta, a la salida de un córner muy discutido por los albinegros, logró derribar el muro del portero vasco y del Salamanca UDS. 2-1.

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