Los héroes de la salvación del 2019 vuelven a Barreiro

Barreiro es campo de buenos recuerdos para el Salamanca UDS dentro de ese trienio tan sufrido como añorado por la división de bronce fútbol español. En el Municipal vigués, el conjunto albinegro se encontró siempre como pez en el agua; sus choques allí frente al Celta Fortuna (el B, y no el C como toca ahora) siempre acabaron en victoria: una, en la temporada del adiós a la Segunda B (año 2021), por 0-2; la otra, por 1-2, data de la última jornada de la temporada 2018/19. Del 19 de mayo de ese segundo tramo de la campaña, para ser más exactos, que es una de las fechas santo y seña para la parroquia albinegra por lo que significó: la primera de las dos permanencias en Segunda B, la única de todas lograda sobre el terreno de juego.

Aquella plantilla estaba encabezada por Antonio Calderón desde el banquillo y contó, además de con Asdrúbal Padrón y Calero, que fueron los autores de los goles, con Antonio Amaro y Jehu Chiapas. El hoy capitán saltó a los 83 minutos de partido en sustitución de Manu Molina; el hoy entrenador, entonces capitán, es ahora, 1.855 días después, el entrenador albinegro. Mientras que Martín Galván, como ahora tuvo que ver el choque desde fuera.

«La verdad que fue un partido lindo, en un momento muy duro y complicado, en un año que se dio a la inversa. Es de esos partidos que recuerdo en mi trayectoria en España. Esperemos que el de ahora dentro de cinco años lo vuelva a ser», asegura el técnico azteca. «Teníamos un equipazo. El año fue muy duro en lo deportivo y en lo extradeportivo, trabajamos mucho por llegar a la última jornada con vida y salimos ganadores», rememora a renglón seguido Antonio Amaro.

Los dos tienen claro que, aunque el escenario sea el mismo, la trascendencia del encuentro, no: «Creo que son cosas diferentes, no es lo mismo preparar un partido para salvarte que para ascender, aunque en los dos el objetivo sea ganar. Es verdad que los dos casos te exigen una concentración máxima y estar atentos a todos los detalles», señala Amaro. «Cada situación tiene su encanto, yo en mi caso creo que como entrenador exige más, te hace vivir la semana más intensamente, aunque como jugador eres el que tienes la capacidad de resolver».

En los dos casos el recuerdo de Barreiro es el de «un buen campo de fútbol»: «Está muy bien cuidado», apunta Amaro. «Aunque es un poco más pequeño que el Helmántico, pero tiene un césped que te permite jugar, como creo que queremos los dos», asegura Jehu.

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