Álex Caramelo (29 años) se convirtió en el primer héroe de la Copa del Rey para el Salamanca UDS con su gol a los 80 minutos de partido, empalado con el pie izquierdo y rematado con el corazón el balón al fondo de la red de Josele. Sigue en una nube.
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¿A qué le sabe el gol con el paso de las horas?
—La verdad que sabe a mucho y muy bien; lo he disfrutado mucho porque por la emoción y la adrenalina apenas he podido dormir y no he parado de dar vueltas en toda la noche. Así que lo que he hecho ha sido verlo muchas veces. Es el gol más importante de mi carrera.
Como lo ha visto tantas veces, no lo podrá sacar ningún defecto, ¿no?
—Pero qué defectos se le puede sacar a un gol... Lo que más me ha impresionado es cómo suena el Helmántico cuando el balón toca la red. es una noche histórica para el club, para la afición, para todos.
¿De verdad el que más?
—Sí, sí, sin ninguna duda. De todos los que he vivido hasta ahora esté es el mejor y el que más me ha llenado. Trabajo día a día para que cuando ya que no esté jugando al fútbol la gente tenga un buen recuerdo de mí, no quiero ni nombrar la palabra leyenda, pero sí que trabajo para que la gente de mi ciudad se quede con lo que aporté en el campo y al escudo. Este gol a eso creo que me ayuda en esta meta.
¿Y el triunfo, es el más importante?
—Lo más importante de este partido fue la demostración de que este bloque puede competirle de manera solvente a equipos de Primera Federación. Que somos capaces de mentalizarnos para sacar choques complejos y que estamos capacitados para hacer grandes cosas. En este sentido, el partido frente al Numancia fue clave, luego siguió la goleada al Laredo y este choque viene a confirmar todo esto. La plantilla está confeccionada para dar la cara; el del Alcorcón es el partido mínimo que tenemos que hacer.
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El papel de héroe le llega siendo suplente. Cómo es el fútbol.
—Hay que saber que uno puede jugar de inicio, y que lo puede hacer saliendo desde el banquillo. Así es el fútbol, de lo que se trata es de aprovechar cada minuto. Los refrescos en el día son muy importantes porque pueden acabar de rematar el gran trabajo que han hecho los compañeros. Sin esos 60 minutos anteriores no hubiera valido de nada el gol.
¿Qué ha cambiado para que se pase de un 1-5 en casa a un partidazo como el de este miércoles?
—Al final somos personas, nos confundimos en no mentalizarnos, en no creer que podíamos hacerlo. Esos dos partidos fatídicos no tuvimos la confianza suficiente ni en nosotros mismos ni en los compañeros; y ahora sí. Somos los mismos, pero cuando piensas como equipo es cuando las cosas empiezan a salir bien.
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La pregunta es obligada: ¿de verdad se puede mantener en el tiempo este nivel, porque si es así..?
—Creo que esta imagen ya se ha visto en varios partidos. Y, por supuesto que podemos seguir haciéndolo así. De verdad que tenemos una plantilla muy potente, esto todo consiste en exigirnos individualmente lo máximo para dar lo máximo como grupo.
Usted, por su gol, se ha ganado más que nadie el derecho a elegir: ¿a quién quiere en segunda ronda?
—Que venga el que sea. Lo que queremos es vivir otro día especial como el del miércoles. Y el que sea que tenga claro que viene al Helmántico. Daremos guerra.
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