J. García
Salamanca
Martes, 23 de abril 2024, 17:24
«Recuerdo que el balón se encontraba en el otro área. Mi vista se empezó a nublar mientras sentía que mis fuerzas se iban yendo y, en unos segundos, me desplomé», cuenta Nicolás Hernández, guardameta cadete del Helmántico, que hace escasamente nueve días sufrió un gran susto al desvanecerse sobre el campo durante su encuentro de Primera Provincial alertando así a los presentes en el Tori.
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El joven portero saltó al campo como si de otra jornada se tratase, completando el calentamiento sin problema y pensando ya en el importante partido que disputaban frente al Salamanca UDS. «Durante el calentamiento previo al partido todo iba con normalidad, es cierto que para ser las 10 de la mañana hacia mucho calor, pero, todo iba bien», recuerda. Sin embargo, sobrepasado los primeros veinte minutos de juego empezó a notar un «excesivo calor». «Fue cumplir los primeros 20 minutos y llegaron los mareos. No le di importancia, y únicamente me acerqué al banquillo para echarme agua sobre la cabeza», menciona el meta que añade llegar al descanso algo fatigado, pero, sin inconvenientes. «En el descanso aproveché para descansar un poco en el vestuario y tomar algo de azúcar por si te trataba de un bajón, más bien fue algo para prevenir».
El paso por la caseta le vendría a la perfección durante los primeros minutos del segundo tiempo al «desaparecer tanto mareos como la fatiga con la que finalicé la primera parte». Pero, cuando el encuentro llegaba al minuto 76 de partido regresaban los mareos desembocando en el desvanecimiento. «Llegados al minuto 76 me empecé a encontrar fatal, además, me vino un pequeño dolor de cabeza y se lo volví a comentar a los entrenadores». A lo que sus técnicos respondieron protegiendo a su jugador invitándole a no seguir si se encontraba mal. En ese momento, el joven capitán del equipo prefirió continuar, sin bajarse del barco. «Les respondí: Nos estamos jugando la Liga. Yo quería seguir sí o sí». Tras sufrir un pequeño mareo en la primera mitad, el duelo quedaba detenido por un espacio de tiempo de 13 largos minutos para atender el desvanecimiento del portero, que sufrió un fuerte impacto en la cabeza contra el césped artificial. «Una vez me desplomé, sinceramente, no sabía bien lo que estaba pasando fue una sensación extraña, creo que no perdí el conocimiento, pero fueron unos minutos de desconcierto».
David Hernández, central y compañero del Helmántico, se apresuró al ver caer a su compañero propiciándole dos bofetadas fruto del miedo. «Recuerdo su cara algo asustada, intentó que reaccionase con lo primero que se le pasó por la cabeza». Por su parte, los jugadores contrarios del Salamanca UDS no dudaban en acudir para brindar cualquier ayuda que fuese necesaria. «También debo dar las gracias al Salamanca UDS porque se portaron de maravilla e intentaron ayudar en lo que pudieron», expresa. Tras una primera ayuda por parte de un progenitor y la llegada de la Cruz Roja, que se encontraba cubriendo una jornada de atletismo de Juegos Escolares en Las Pistas, estabilizaron al jugador y lo trasladaron al Hospital algo más calmado.
El pasado viernes, el jugador regresaba a los entrenamientos con sus compañeros y volvía a la dinámica. «Rivales y compañeros quedaron en 'shock', todos estaban muy impactados. Lo que quería era ayudar a mis compañeros y por eso no le di importancia, te diría que la razón del desmayo fue esa, mi cabezonería», concluye el jugador.
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