María Hernández se presenta al vestuario del Salamanca con un mensaje claro y al pie: “Tranquilidad”

María Hernández llegó este miércoles al estadio Helmántico a eso de las 15:15 horas; aparcó el coche —el mismo en el que se marchó en octubre de 2017 tras ser despedido— frente a la puerta de vestuarios y se bajó de él con no mucha carga: una mochila con material deportivo y un maletín en el que llevaba la hoja de ruta con la que pretende sacar al Salamanca UDS del atolladero donde se encuentra: en puestos de descenso, negado de cara al gol y moralmente derrumbado... El míster salmantino bajó las cinco peldaños de escalera que separan el párking de la puerta de acceso al estadio y apretó los puños en señal de “vamos allá”.

Ese vamos allá fue una sesión de entrenamiento en el que transmitió un mensaje claro y al pie a sus jugadores: “Tranquilidad”. Y que tuvo una primera parte en el gimnasio y otra sobre el césped. Será este jueves cuando lo que trata de implantar María en esa contrarreloj que tiene hasta el domingo en Luanco se vea con luz y taquígrafos, pues el plan semanal marcado por Calderón lo ha asumido como suyo. Es decir, hoy el equipo entrena en Las Pistas a partir de las 11:00 horas, mañana lo hará en El Tori y, por último, el sábado lo hará de nuevo en el estadio.

Para empezar, el regreso de María Hernández tiene una cara conocida dentro de su staff, la del preparador de porteros Ángel Lozano con quien ya coincidió en su última etapa en el club; otra nueva, la del preparador físico ‘Memo’ Calvillo; y una sin definir, que es la de quién será su segundo entrenador. De momento, no tiene. Tanto el club como el propio entrenador han consensuado que, en principio, sea alguien de la casa, pero la primera opción que es la de Jorge García —con quien compartió vestuario hace cinco temporadas, aunque entonces este último como jugador— de momento no está muy por la labor de dar el salto del filial al primer equipo.

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