Aficionados en el Zurguen.

¿Qué hacemos con los padres en el fútbol base? Hablan los implicados

Todos los estamentos del fútbol base local coinciden en mantener su presencia en los campos, aunque piden más respeto desde las gradas

Jaime García

Salamanca

Martes, 6 de febrero 2024, 06:10

Dicen que los hijos son el reflejo de los padres, sin embargo, estas últimas semanas vemos como en algunos campos salmantinos de la base suceden acontecimientos que para nada deben servir de aprendizaje a los más pequeños. El fútbol base no deja de ser un proceso donde jugadores, padres y entrenadores se encuentran en formación para terminar por qué no, siendo profesionales, pero, hasta ese momento queda mucho camino por recorrer. «Es una cosa en la que debemos incidir, en el fútbol base todo el mundo está en formación. Niños, entrenadores y también, los padres que van por primera vez a ver a sus hijos y piensan que es fútbol profesional», expresa Carlos Ramos, coordinador del Jai Alai.

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Escuchar insultos en la grada durante partidos de niños es algo inusual, pero, sucede. Los clubes, conocedores de este problema desde hace mucho tiempo, esperan erradicar este tipo de incidencias porque «el que lo paga termina siendo el niño». «Normalmente existe un buen comportamiento, pero, es cierto que cuando se entra a un campo no todo vale. Habría que ponernos todos de acuerdo, no solo es responsabilidad de los clubes sino de toda la gente que estamos implicados en el tema del deporte base», admite Gelu, coordinador del Navega.

Los casos aislados generan tal descontento porque parece impensable acudir a ver a tu hijo y escuchar insultos o vejaciones y, en los peores casos, desacreditaciones al entrenador. «Algunos progenitores piensan ya que sus hijos en un futuro pueden llegar a ser alguien importante en el mundo del fútbol y no son conscientes de lo que cuesta, el camino del fútbol es muy largo y no está mal que tengan la ilusión porque nunca se sabe, pero deben priorizar los valores y la educación que les brindan los clubes», añade Paco García, responsable de las familias en el Santa Marta.

Dichos comportamientos traen consigo sanciones y cierres temporales del campo, lo que se traduce en la tradicional expresión, pagar justos por pecadores. «En mi opinión es injusto,por el acto de un padre no deben fastidiarse los otros once del equipo. Aunque al final, si se siguen dando casos van a conseguir que se juegue a puerta cerrada, pero vamos no es la solución para mí», añade el responsable del apartado familiar del conjunto tormesino.

En ese sentido, Miguel Hernández, delegado provincial del fútbol es contundente: «La Federación quiere y respeta a los padres porque son los que apuestan porque su hijo haga este deporte, pero no vamos a permitir que eso ampare determinados comportamientos». Asimismo, Javier del Pino, presidente del San Agustín, coincide con dicha valoración, «al final pagamos los demás, pero bueno, también los que están al lado son un poco cómplices si no le mandan callar o respetar a los demás». Es unánime la lectura de los clubes: «Aunque paguemos todos, es la única forma de concienciarnos todos».

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