Guardia Civil y gritos de «maricón» al árbitro en un partido de Tercera juvenil en Salamanca

La agresión misógina sufrida por la colegiada de 20 años en el Genci de Villares no ha sido el único ataque que han sufrido colegiados salmantinos durante la última jornada de Liga en el fútbol base. En este sentido, según ha podido saber este diario, en el Alfonso San Casto de Santa Marta otro árbitro tuvo que llamar a las fuerzas del orden —una pareja de Guardia Civil y otra de Policía Local— por una fuerte tangana entre equipos, que acabó con un intento de agresión hacia el propio colegiado.

Los hechos ocurrieron en el partido de Tercera División Juvenil que disputaron el pasado 27 de diciembre el conjunto local y el CD Ribert; y según hace constar el colegiado (H.S.H.) en el acta los hechos más graves sucedieron al término del partido —aunque precisa que durante el desarrollo del mismo recibió insultos tales como «hijo de puta» o «blando» desde el sector de grada visitante—, cuando «un número indeterminado de espectadores saltó desde las gradas hacia el terreno de juego, iniciándose un enfrentamiento físico en el que espectadores, jugadores y oficiales de ambos equipos se propinaron empujones, manotazos y agarrones», sin que el colegiado por la tensión del momento y el tumulto pudiera precisar quiénes agredía a quién. Según han precisado testigos presenciales el enfrentamiento venía ya caldeado por rencillas de enfrentamientos anteriores.

No quedó ahí la cosa, pues cuando el delegado de campo, cumpliendo con sus funciones, trató de acompañar al árbitro al vestuario, dos jugadores del CD Ribert se le acercaron de manera «visiblemente exaltada». El primero de ellos, capitán del equipo, tuvo que ser apartado por el delegado de campo para evitar un posible enfrentamiento físico y verbal con el colegiado; mientras que el segundo se refería a él como «maricón» o «hijo de puta», términos también empleados por parte del sector de grada que invadió el terreno de juego y que había estado insultado durante el choque a H.S.H., que finalmente acabó solicitando escolta policial para garantizar su seguridad.

Desde el CD Ribert se condenan los hechos y aprovechando la consulta de este medio piden «perdón a todo el colectivo arbitral por estas actitudes lamentables», anunciando sanciones para sus jugadores. i.r.m.

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