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Sábado, 22 de mayo 2021, 11:36
El Salamanca UDS tiene delante un escenario inédito en la Segunda B: hablar de la renovación de un técnico. Pues hasta la llegada de Lolo Escobar ninguno de los anteriores inquilinos, por h o por b, había tenido la posibilidad de prolongar su contrato más allá de lo firmado. De hecho, lo habitual ha sido lo contrario, que los técnicos hayan estado en el banquillo del Helmántico menos de lo rubricado en el momento de su contratación. De hecho, la media de partidos al frente del Salamanca UDS en estas tres campañas en Segunda B para un entrenador es de 12 partidos; más o menos un tercio del total de la temporada.
Antonio Calderón, hasta la fecha, había sido el entrenador que confirmaba la regla: él es el único que aguantó más de los 12 partidos al frente del club. Estuvo un total de 28 encuentros. Y de su continuidad a penas si trascendió de la mera especulación, pues el preparador gaditano cortó de raíz cualquier opción de emprender un segundo proyecto al frente del Salamanca UDS al descartarse a sí mismo para seguir. El resto no fueron más allá de los 11 encuentros, como mucho (marcando tope Larrazabal), antes de ser destituidos.
Ahora, con la salvación más que en el bolsillo, al Salamanca UDS se le abre un escenario inédito. Es un clamor entre la afición la petición de que Lolo Escobar continúe la temporada que viene. La encrucijada es la siguiente: o emprender un nuevo proyecto con el décimo entrenador de la ‘era Lovato’ o apostar por algo nunca visto hasta la fecha en el Helmántico, que es que un entrenador cruce el umbral de la temporada y sea el mismo que dirige en la siguiente.
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