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Sábado, 26 de noviembre 2022, 21:07
El Club Deportivo Guijuelo se siente invulnerable cuando juega en su casa. Un gol de Toti en los primeros minutos de la segunda mitad le sirvió para hacerse con los tres puntos frente al Polvorín. Esta campaña, seis partidos en el Municipal Luis Ramos y seis triunfos, sin haber encajado ningún tanto.
Pero la racha es mucho más amplia si se echa la vista atrás: el conjunto de Mario Sánchez acumula ya 26 encuentros invicto como local (23 ganados y 3 empatados) y nadie es capaz de hacerle un gol allí desde que lo consiguió el Diocesávila el 27 de febrero (van ya diez choques entre la pasada campaña y esta).
Al Guijuelo le bastó con volver a lo que tan buen resultado les había dado estas semanas cada vez que jugaban ante su público, después de las visitas fallidas a Zamora y Oviedo. El dibujo y las propuestas de siempre y un valioso triunfo para seguir persiguiendo a un Arenteiro que también ha ganado e intentado poner tierra de por medio respecto a los perseguidores.
Otro día más faltó Montero, también Quintana, pero la pareja formada por Trapero y Aizpiri funcionó a la perfección, y esta vez el técnico apostó por dar una oportunidad de inicio en la punta a Mano Tata. No salió bien, pero no solo por culpa del camerunés, sino porque el Guijuelo no tuvo presencia en zona de peligro. Tampoco el filial del Lugo. Los dos equipos pelearon por la posesión del balón en la primera mitad, que fue algo mayor para los gallegos.
Los locales han ido variando la intensidad de la presión en distintas fases y el que más intentaba proponer era Álex Lorenzo, saliendo de su posición para intentar descolocar a la zaga del Polvorín. Los dos mayores acercamientos han llegado a balón parado y de la misma manera, con saques de falta laterales y un mismo destinatario: Trapero. En la primera, su cabezazo lo rechazó Brais y el posterior remate de Mano Tata se fue alto. En la segunda no llegó el central por un posible agarrón.
En vestuarios se quedó el delantero camerunés en el descanso y salió por él Garban. No hubo que esperar mucho para ver el único tanto del partido: corría el minuto 50 y llegó como consecuencia de que se junten dos futbolistas talentosos. Cristóbal Gil filtró un pase entre líneas que recogió Toti para, con un sutil toque, hacer inútil la salida de Brais.
1-0 y tocaba repetir el guión de tantos días: mantener la ventaja intentando tener el balón y, cuando no, ser un bloque muy compacto sin enseñar huecos al rival. Mario Sánchez fue introduciendo variaciones para mantener fresco a su equipo y únicamente llegó algo de peligro por culpa de Xabi Domínguez, que protagonizó un par de acciones que hicieron temer por la victoria. Fue un espejismo, porque Johan no tuvo ni que intervenir y los tres puntos volvieron a quedarse en casa.
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