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Domingo, 19 de enero 2020, 22:07
Continúa la buena racha del conjunto chacinero, cuarto partido consecutivo sin perder y sumando con el triunfo en Lasesarre ocho de los últimos doce puntos en juego. En esta ocasión, gracias a un golazo de Carmona de cabeza.
El partido comenzó con algunos chispazos interesantes. Avisó en dos ocasiones el conjunto chacinero, primero con un disparo desviado de Cristóbal tras peinada de Pablo Espina. Este último, a renglón seguido, perdonó de volea y libre de marca en el segundo palo un gran servicio desde la derecha de Luis Lara.
El Barakaldo, en la siguiente acción, respondió a balón parado cuando al saque de un córner el testarazo de Jairo se encontró con la magnífica intervención de Guillermo. El Guijuelo, muy ordenado, se mostraba superior a un rival que se mantenía agazapado. Justo al borde del descanso, los chacineros volvieron a perdonar con un doble disparo de Juanjo y de Luis Lara que salvó con su cuerpo Rabanillo, sin duda el mejor de su equipo. Se llegaba así al intermedio en Lasesarre sin que el marcador registrase alteraciones.
Tras el paso por los vestuarios, el decorado pareció cambiar de forma drástica. El Barakaldo dominaba ahora la situación creando varias oportunidades peligrosas. El Guijuelo había perdido el control del cuero. Jairo Cárcaba, de cabeza y en posición forzada, empezaba un cierto asedio de los locales al que le faltaba remate entre los tres palos.
El panorama aún se complicaba más para los salmantinos con la expulsión de Iván Pérez por doble amarilla. El Guijuelo supo aguantar esos momentos críticos y diez minutos después se restableció la igualdad numérica sobre el césped, cuando Carles Marc también abandonó el terreno de juego antes de tiempo por una doble amonestación.
El Barakaldo sólo en acciones aisladas creaba ahora peligro, pero tuvo su gran oportunidad con un disparo a la media vuelta de Jairo que se encontró la mano salvadora de Vallejo.
El encuentro entraba en su recta final y Carlos Rubén se sacó un buen centro desde el costado izquierdo y el balón, cerca del punto de penalti, lo cabeceó Carmona, que con una parábola acrobática, acabó introduciéndose al fondo de las mallas.
De ahí hasta el final, los intentos del conjunto vasco resultaron fallidos. Con sufrimiento, pero al fin llegó la sexta victoria de la temporada y la segunda a domicilio tras la lograda en Leioa. Tres puntos de diamante.
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