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El Salamanca UDS tiene abierto el frente de tener que cambiar radicalmente en cuanto a resultados, pero a la vez tiene otro seguramente igual de importante y que a la vez irá unido al anterior: recuperar a sus aficionados. Esta temporada el aspecto del estadio Helmántico está siendo desolador y contra el Unión Adarve fue el más triste ejemplo: llegaba el líder y, aunque el club en esta ocasión dio la cifra de asistencia de 1.200 espectadores, la imagen invitó a pensar que no se había llegado ni al millar de aficionados.
Es verdad que el desapacible día que se vivió el domingo por la tarde en Salamanca ayudó a que algunos optaran por quedarse en casa, pero los motivos de esta sangría constante de espectadores son otros distintos. Dos principalmente: las continuas desilusiones con el equipo, ahora en la cuarta categoría del fútbol español, con mucho menos atractivo, y lo elevado de los precios de las localidades después de que solo salieran a la venta 1.200 abonos (al abrirse únicamente Tribuna y Fondo Sur). Entre 18 y 22 euros le cuesta a una persona la entrada para ir al Helmántico.
El conjunto charro tenía que hacer de jugar como local una de sus principales fortalezas para estar en los primeros puestos de la clasificación y no lo está logrando. Y es verdad que el domingo, ante la mejoría de la imagen del equipo, los que acudieron sí estuvieron más por la labor de apoyar que en jornadas anteriores.
Lejos han quedado, al menos de momento, los tiempos en los que varios miles de aficionados del Salamanca UDS acudían a ver a su equipo. También es cierto que la pandemia del coronavirus y las restricciones de aforo posteriores también se han hecho notar, aunque en otros sitios no ha sido así. La pasada temporada al derbi contra el Unionistas acudieron 3.000 personas y por ejemplo en el choque decisivo contra el Oviedo B también hubo una muy buena entrada.
Habría que retroceder a las dos campañas anteriores para preguntarse dónde están los abonados y aficionados que entonces poblaban las gradas: en la 2019/20 las cifras se movían entre los 3.000 y 5.000 asientos ocupados (con el tope de los 7.000 en el derbi), pero en la 2018/19 fueron 8.000 frente al Unionistas y más de 11.000 personas no dudaron en acudir a la llamada de apoyo del Salamanca UDS para mantener la categoría en los enfrentamientos decisivos contra el Navalcarnero y el Internacional de Madrid.
En realidad, a la afición del Salamanca, al menos hace unos años, no le importaba demasiado en qué categoría jugara su equipo, aunque entonces la ilusión era más fuerte que los condicionantes negativos que pudiera haber: en la temporada 2017/18 en Tercera División, 4.500 personas se dieron cita en el Helmántico para el partido contra el Astorga, y en las eliminatorias de ascenso contra el Mutilvera y el Compostela acudieron 6.000 y 7.000 respectivamente.
Su afición está dormida, al menos parte de la que hubo en su momento, y el Salamanca UDS tendrá que poner más cosas de su parte para recuperarla.
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