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El Guijuelo está engrasado, funciona como un reloj y funciona con una ingeniería alemana de alto nivel. Los chacineros así lo han puesto de manifiesto este sábado en su victoria ante el Burgos Promesas (2-0) y es que el colista nada pudo hacer con una orquesta verde que sabe lo que toca cuando Mario Sánchez dirige desde la banda.
El dónde llegará el Guijuelo no se sabe, pero, de momento, el inicio de competición es más que destacable. Al temporadón del año pasado arrasando en Tercera Federación le han dado continuidad con un par de piezas nuevas para seguir peleando por la pole en Segunda Federación. Ha subido el nivel de una categoría y en el Guijuelo no se han dado ni cuenta.
De inicio, el filial burgalés buscaba tener el balón y jugar y es que para eso están diseñados los filiales, pero para lo que no están preparados es para que el rival muestre una solidez defensiva inquebrantable y un acierto goleador demoledor. En el minuto 10 ya avisó el punta Montero con un cabezazo al larguero. Qué delantero tiene el Guijuelo. Va a todo, lo pelea todo, lo remata todo...
En el minuto 15 un disparo de Toti se fue rozando el palo y el Burgos Promesas se ponía la capucha viendo la que se le venía encima. Cuatro minutos después, un error defensivo del Burgos Promesas lo aprovecha Montero para poner por delante a los de Mario Sánchez. La lata estaba abierta y los burgaleses se comportaban como un rival que veían cómo irremediablemente tendrían que esperar una semana más para conseguir su primera victoria en esta Liga.
No obstante, el Burgos Promesas buscaba no ponerlo fácil y en el 23 el visitante Rico disparaba alto. La portería de Johan seguía intacta y el Guijuelo se gustaba con el balón. A la media hora de partido la posesión era favorable a los chacineros con un 64% de balón, estadísticas de esas que enamoran a los Xavi y que pasan inadvertidas para otros muchos entrenadores.
Seguían las conexiones con Montero y es que el equipo chacinero insistía en ampliar el marcador. Lo conseguiría en el 43 con un golazo de Carmona. El de Jerez de la Frontera se hace con el balón dentro del área y lanza lo que el común de los mortales creían que era un centro que en realidad era un disparo sutil, fino y estilizado al segundo palo para meter de rosca el segundo. Fogonazo de talento de un Carmona que nada tiene que ver con el de la temporada pasada en el Salamanca. La teoría de que el Helmántico y sus gestores devoran futbolistas cada día está más que demostrada científicamente.
En la segunda mitad el Guijuelo se gustó, mantuvo las distancias y vivió un plácido segundo acto. Carmona seguía haciendo de las suyas en la banda y en el 58 tuvo la más clara del segundo asalto con una gran jugada personal que acaba con un lanzamiento que se topa con el larguero. El Burgos Promesas, contra las cuerdas, buscaba en alguna acción aislada romper el récord de imbatibilidad de Johan Guzmán, pero el meta dominicano sigue sin recoger un balón de dentro de su portería.
En el minuto 73, Trapero se sumó a la fiesta. El central del Guijuelo se hace con el balón en el centro del campo y ve adelantado al meta burgalés Morilla. No se lo piensa y marca desde el centro del campo poniendo de manifiesto que a este Guijuelo le sale todo.
Ya solo quedaba mantener la portería a cero por séptima vez este curso y el reto también se consiguió.
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