Diego Hernández se lamenta de una ocasión fallada este curso con el Cristo Atlético.

Diego Hernández reaparece en el Helmántico tras superar su «odisea»: «Pensé en dejarlo, no se me iban a caer los anillos»

El delantero salmantino amenaza con su Cristo Atlético una vez más al Salamanca UDS, en su última visita (con Unionistas) marcó y tuvo más que palabras con la grada

Iván Ramajo

Salamanca

Viernes, 27 de octubre 2023, 11:12

A Diego Hernández Luengo (23 años), a Dieguito, la pista de por dónde para se le empieza a perder el 2 de mayo del 2021. Ese día jugó su último partido con Unionistas (fue contra el Burgos CF en aquella liguilla por el playoff de ascenso a Segunda); y, a partir de ahí, ha encadenado dos años «de locura» que le han llevado de equipo en equipo (Zamora CF, Bergantiños, Racing Rioja) y categoría (Primera y Segunda RFEF) hasta acabar este verano en La Nueva Balastera, enrolado en las filas del Palencia Cristo Atlético y en la Tercera Federación. ¿Un descenso a los infiernos en un parpadeo? «Todo para mí empieza con la lesión en la Copa ante la Real Sociedad, que se sumó al descenso a Segunda Federación. Eso hizo que se complicara mucho el mercado de verano. Tras buscar y analizar aposté por el Bergantiños. Después de lo que había pasado la temporada anterior, llegué con las pilas muy cargadas y con ilusión del gran proyecto que se me contó y, luego, el fútbol nos puso en otro lugar. A todo esto, tengo que sumar que en diciembre pasado nació mi hija (Aylén, a punto de cumplir un añito) y, curiosamente, es justo en ese momento cuando arranca mi odisea con el fútbol. Estuve un mes en Salamanca parado, entrenando por mi cuenta, hasta que el 28 de enero me sale una opción que no esperaba: el Racing Rioja... Aceptas porque tienes una familia, pero la única realidad es que todo fueron problemas, tanto deportivos como extradeportivos. En tan solo 4 meses allí ves que caes y caes hasta el punto de que me hicieron perder toda la ilusión... Soy sincero, se me pasaron muchas cosas por la cabeza, incluso dejarlo. El verano me sentó muy bien, puse los pies en el suelo, recuperé la confianza con mi familia y me salieron dos opciones que, aunque humildes, me acercaban a mi zona de confort: el Santa Marta, al que estoy agradecidísimo, y el Cristo Atlético. Aposté por este equipo porque me permitía unir trabajo y fútbol y aquí estamos, quiero volver a impulsarme», relata de manera descarnada.

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¿De verdad, dejar el fútbol? «Iván, cuando nace la niña tengo 22 años y eso hace que mi vida cambie por completo. De un día para otro cambias. Los problemas del trabajo ya no pueden cruzar la puerta contigo porque dentro hay otros problemas y otras circunstancias. Lo único que he tenido claro todo este tiempo es que no se me iban ni se me van a caer los anillos por tener que decir, hasta aquí, dejo el fútbol y busco otro trabajo. Creo que eso es sentido de la responsabilidad», dice ante des una pausa con la que encadena una nueva reflexión sin pregunta alguna: «Sinceramente creo que lo tuve todo, el Madrid te abre un mundo que te lleva a la confusión. Gracias a dios, creo, y la gente que me conoce bien así me lo ha transmitido, he sabido tener los pies en el suelo. Sobre todo, porque las lesiones y las enfermedades no me han dejado disfrutar de verdad el camino. Creo que nunca me faltó humildad, porque esa es la clave de haber asimilado el cambio tan radical que supone para un chico de 23 años ser padre».

Abierto en canal empieza a mirar al fútbol con otros ojos: «Mira si he madurado que no sólo he jugado de delantero, lo he hecho ya de mediocentro, de volante... y la jornada pasada de extremo. Estoy para ayudar. Es cierto que el arranque ha sido de aquella manera, entre otras cosas porque el equipo es completamente nuevo salvo cuatro jugadores. Creo que la dinámica ya está cambiando y esperemos que antes del parón de Navidad ya estemos en posiciones de playoff». «Nuestro arranque lo asemejo al del Salamanca», afirma, «es verdad que tiene más puntos, pero es el gran transatlántico, esta es una de las temporadas que mejor han firmado y a pesar de ello los dos ya nos hemos dado cuenta que hay plantillas muy competitivas. Nosotros esta jornada lo tenemos claro: pelearles la posesión y ser sólidos, si te marcan pronto es un equipo que te puede pasar por encima».

Su 'pique' la última vez que estuvo en el Helmántico

Más allá del gran choque de trenes —antes de arrancar la temporada los dos eran señalados por toda la Liga como los favoritos—, lo cierto es que la vuelta de Diego Hernández al Helmántico tiene su miga; pues la última vez que jugó en el feudo de la carretera de Zamora saltaron 'chispas' entre el jugador (entonces de Unionistas) y la grada: «Todos los que me conocéis como futbolista sabéis que tengo la sangre muy caliente; a mí pisar el Helmántico siempre me resulta muy especial, aquel partido salí de titular, arranque muy, muy bien, con unas ganas desbordantes después de haber calentado la otra vez durante 45 minutos para nada, y tuve la suerte de ver puerta. Lo celebré libremente y eso cayó mal. Luego empezaron a venir los piques, los rifirrafes... Eso queda atrás, creo que firmé un gran partido y la pena fue que tuve que salir del campo por calambres y no pude ayudar a evitar que nos remontaran. Yo estoy contento con lo que pasó ese día. Dicho esto, no oculto que sigue siendo mi sueño el Helmántico, como lo es el Bernabéu; está claro cuál es el más alcanzable para mí por mi situación. A Unionistas le estoy muy agradecido, pero esto es fútbol y nunca ha salido de mi boca que «no» a jugar en el Salamanca».

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