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Martes, 20 de julio 2021, 17:53
EL ‘deportista de la transición’, así apodaron a Agustín Tamames en 1975 por la repercusión que tuvo su victoria en la Vuelta de ese año. Siete años antes de tener apodo, el ciclista salmantino ya tenía un triunfo del mismo calado en su currlículum: ser ... olímpico.
–¿Se imaginaba el Agustín Tamames de los inicios en tener apodo, una Vuelta y ser olímpico cuando empezaba?
–Acabé siendo profesional después de haber empezado como juvenil a los 16 años, estuve en amateur y luego ya vino todo. Llegar a conseguir lo que conseguí depende de la capacidad y de las oportunidades que tengas. Pero cada vez lo veía más cerca, e incluso fui el primer salmantino que ganó la Vuelta.
–La “capacidad y las oportunidades” le regalaron un viaje a México para acudir a los Juegos del 68.
–Yo ya estaba acostumbrado a correr en el extranjero, pero a esta edad me doy cuenta de lo que realmente significaban los Juegos. En esa época solo me fijaba en que tuve un mal día.
–En lo deportivo tuvo “mal día” en lo deportivo, ¿qué fue lo mejor de competir?
–La villa olímpica fuimos a verla, pero no nos instalamos allí porque había muchos peligros por a la revuelta que hubo en México aquel año. En el hotel donde estuvimos alojados estábamos protegidos y hasta la policía estaba pendientes de nosotros.
–¿Qué queda del Agustín Tamames de 1968?
–Yo diría que no he cambiado, pero ahora me doy cuenta de lo que es ganar. Sigo montado en bici, pero poco.
–De cara a Tokyo 2020, ¿confía en alguna medalla para España en ciclismo?
–Es difícil decirlo, porque puedes tener un día malo, pero creo que sí se puede confiar en dos o tres medallas.
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